TELEVISIÓN Y RADIO

Descontrol en la tribu

'Dónde estás corazón' y el programa de Flo y Yuste ganan en audiendia al aturullado estreno de Sardá

| BILBAO Actualizado: Guardar
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La pulla que Risto Mejide, el juez malvado de Operación Triunfo le tiró a Mercedes Milá sobre que mejor está en La tribu que haciendo un anuncio de Tena Lady (paños absorbentes para las pérdidas de orina que suelen sufrir las mujeres de cierta edad) resume el punto de estupefacción que se le quedó el viernes al espectador de La Tribu. Éste intentaba dilucidar si todo aquello formaba parte de un guión perfectamente cerrado, si era fruto de la improvisación que se logra tras una ardua preparación... o más bien si la improvisación se había confiado demasiado a la veteranía de perro viejo de la que pueden presumir Sardá y compañía: Boris, Latre y la propia Milá, que se enfadó o lo fingió al negar que ella hubiera protagonizado ningún anuncio de «esa compresa asquerosa», como la definió. Y quizás fue por eso que todo pareció un poco descontrolado, aturullado... una tribu algo primitiva.

Así, la parte de Risto fue de lo mejor, aunque se viera que como oráculo vale bien poco: «Tranquilízate -le dijo a Sardá- vas a hacer una buena audiencia, porque Dónde estás corazón hoy tiene unos invitados de mierda». Pese a ello, DEC obtuvo un 20,7% (2.475.000) frente al 14,9% de La tribu (2.304.000). Y por encima también quedaron Florentino Fernández y Josema Yuste con un 18% (3.062.000) para su ¿Y ahora qué?. Risto le espetó después al presentador: «Si quieres ayudar a la gente, reparte tu pasta, la fortuna que has ganado», en referencia quizás al numerito que se marcaron los reporteros del programa con su manifa contra los banqueros. Claro que el que estuvo bien del todo fue Latre como clónico del juez de OT: «Me gustó tu libro -le dijo a Risto-, pero la próxima vez intenta que el papel sea un poquito más blando, porque me escuece el culo».

Para el estreno, Sardá había escogido tres ganchos a priori acertados: la polémica y la bronca que destila el propio Mejide, con el que podía enfrentarse de tú a tú, o casi; la belleza de Amaia Salamanca, con la que sentirse paternalista, y la candidez de la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez, con quien sería fácil mostrarse inquisitivo, tanto que, viendo la ofensiva, ella se refugió en el silencio más de una vez.

De ombligos y curas

De Amaia Salamanca, la de Sin tetas no hay paraíso, el espectador sólo se enteró de que la chica es buena a la hora de aguantar el tipo ante los dos importantes asuntos sobre los que le preguntaron una y otra y otra vez a lo largo de 25 minutos: si tiene un novio futbolista y si le gusta cómo besa El Duque. Y ella, ahí, con sonrisa flipada al escuchar esta cuestión: «¿Cómo es este tío cuando te lo comes?». La actriz explicaba que «es una relación profesional», «que estamos actuando», «que si besa apasionado es porque es buen actor»... E incluso: «He acabado hasta el gorro de que me pregunten por él». Ello provocó esta observación de Milá: «Eres guapísima, impresionante, y has tenido en tus brazos al tío que más nos gusta». Menos mal que apareció Sardá para decir a la chica que estirara la pierna como lo hace en un anuncio de zapatos.

Con Magdalena Álvarez fue difícil enterarse de nada. Sardá se puso el buzo de trabajo, pero lanzaba tantas preguntas y tan seguidas que a la mujer ni le daba tiempo a responder. Bastante bien se defendió en su papel de entrevistada que participa en el juego del entrevistador, prestándose a lanzar una canasta. Estas cosas salen muy bien en los late nights americanos, pero para que todo ruede no basta con la buena disposición del invitado. Se salvó el momento Boris, cuando le mostró aquellas famosas fotos del bikini, y ella sonreía tímida ante exclamaciones como: «¡Esto es extraordinario, qué cuerpazo tan estupendo, tan mantenido, qué ombligo...!».

En un programa de Sardá, no podía faltar el momento friki, esta vez un cura, el padre Loring, que gritaba: «¡Hay infierno eterno! ¡Y si lo ha dicho Cristo Dios, eso no se discute!» La cosa acabó con la despedida de Sardá: «Suponiendo que no tengáis nada mejor que hacer, os esperamos el próximo viernes». A lo que Milá, como descontenta, añadió: «No lo sé, no lo sé»...