Cartas

Asumir las culpas

¿Qué tendrá la culpa que nadie la quiere? Les cuento. Tengo cuatro hermanos. Y cuando, siendo niños, hacíamos alguna travesura nuestros padres nos reunían a todos y, en juicio sumarísimo, nos pedían explicaciones de uno en uno, comenzando por el de más edad.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En dicho interrogatorio, nos íbamos pasando la culpa unos a otros hasta llegar al más pequeño, y éste, o bien no sabía hablar o, en caso contrario, le echaba la culpa al gato. De manera que no había forma de que alguien cargara con la desagradable e incómoda culpa. Ahora que ya soy adulto, me doy cuenta de que los políticos se comportan como niños a la hora de escabullirse de la culpa. Y aunque estos políticos son elegidos y pagados para que se responsabilicen de la gestión de los asuntos públicos, resulta que, cuando se equivocan, nunca asumen con valentía su culpabilidad.

Podría enumerar abundantes ejemplos de actualidad, de la no asunción de culpas por parte de los políticos; pero, como no quiero que se me note mi parcialidad, que cada uno ponga los de su adversario ideológico, y seguro que entre todos no olvidaremos ninguno. En cualquier caso, si ustedes no desean culpar a nadie, siempre podrán echarle la culpa al gato.

Pedro Serrano. Cádiz