AL AIRE LIBRE

Reyes adelantados

Este año sus Reales Majestades de Oriente se han adelantado un poco a las fechas señaladas. Debe ser que me he portado bien y han querido que pase la Navidad disfrutando de la poesía. Porque, por la generosidad de Antonio Murciano, mi honorable amigo y poeta de Arcos, tengo en mis manos su última antología poética, que abarca los años transcurridos entre 1950 y 1995. Es una cuidada edición tintada en su portada con rojo color de sangre y emoción, como la que Antonio derrama en cada verso, que es como una parte de su generoso corazón de poeta dadivoso. Considero un regalo y un honor que, viniendo de Antonio, haya yo podido encontrarme con tan importante antología a las puertas de la Navidad, una fecha que siempre ha estado tan en los versos de él y de Carlos, su hermano del alma, ese otro poetazo que desde Madrid se viene de vez en cuando hasta esta vieja tierra del Sur.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Digo que estoy disfrutando de su poesía, porque con ella he vuelto a la lectura de algunos poemas que formaron parte de sus títulos del pasado, en aquellas ediciones tan íntimas y añejas que yo conservo porque, al igual que Carlos, Antonio se las hacía llegar a mi tío Fernando J. Peña, con sus entrañables dedicatorias. Ahora leo de nuevo aquellos versos en esta nueva edición, y me parece como si hubieran desafiado al tiempo y volvieran rejuvenecidos e intemporales a decorar de luz y olores puros las estancias del alma del lector. Aquellos versos magistrales, sonetos exactos y rotundos, desafiantes casi en su perfección de fondo y de forma. O aquellos otros, blancos de días íntimos, o las coplas, los cantares y tantos más que cruzan ahora por mis ojos, en los ratos robados a la prisa cotidiana. Bienvenidos, pues, estos versos sin tiempo, sin fechas y sin calendarios que, si se acotan en la edición a una cronología y a una ordenación, no son esclavos de ningún calendario. Son los versos de un poeta que nunca ha traicionado ni sus estilos ni sus convicciones. Todo un lujo para este tiempo tan de renuncias y apostasías.