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Presidente

El mundo vuelve a tener presidente. Resulta que mientras los 'tribuletes' habituales estaban ejercitando su erudición sobre si Andreíta se come el pollo, Julián Muñoz se aparea o no se aparea, o si el bellaco juez de línea de turno nos robó un penalti, un tal Barack Hussein Obama Jr., 'el hombre de ningún lado', ponía patas arriba el marcapasos de más de un ultrapoderoso con su 'He estado en la cima de la montaña', como ya predicó su admirado Martin Luther King.

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Afroamericanos es la definición balsámica usada en EE UU para referirse a la ciudadanía de raza negra. ¿Se imaginan a un afroespañol dirigiendo los destinos de nuestro país? ¿O de alguna comunidad autónoma? ¿O presidente de la patronal, por ejemplo? ¿Y ha tenido que ser precisamente EE UU el que nos ponga no ya negros, sino colorados! Como nunca está la hamburguesa a gusto de todos, han aparecido espacios sociales que piensan, y lo dicen, que antes que a una mujer, en EE UU elegirían al pato Donald, y que esta asignatura aún sigue pendiente.

En cualquier caso, el señor Obama no es el pato Donald, pero alguien podría practicar la caza del mismo si cumple sus anunciadas prioridades: regreso de las tropas de Irak y Afganistán, prestación de asistencia sanitaria universal, acercamiento a Cuba, independencia energética, etcétera. Los guiños aperturistas, incluyentes y antirracistas de sus predecesores Lincoln, McKinley, Garfield y Kennedy les hicieron partir hacia la verde pradera antes de tiempo. Espero y deseo que ya, definitivamente, 'the man from nowhere' deje de ser 'el cambio para que nada cambie'. Veremos si el sueño se hace realidad... Veremos.

Marcos Ruiz. El Puerto