COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Al alcance de la mano

De buenas intenciones está el invierno lleno, decía una antigua canción, de cuando las canciones decían cosas. Y aunque nos quedan días de veranos -como dice otra canción- puede que también nos queden buenas intenciones. O al menos, como buena intención, se puede interpretar el camión móvil del punto limpio que tenemos en Cádiz. Digo como buena intención, porque ahí se queda todo. ¿Han visto detenidamente alguna vez el suelo del camión? ¿Se han preguntado de qué son los manchurrones que impregnan los bidones de reciclado? ¿Quién controla que usted tire el aceite doméstico en el contenedor adecuado? ¿Han observado el deterioro en la chapa del camión? ¿Hay algo más vergonzoso y paradójico que llamar punto limpio a un lugar donde lo que impera es la suciedad? Sí, ya lo sé. Es un horror. Pero como yo también estoy llena de buenas intenciones y no soy tan derrotista, no les voy a hablar de los sospechosos puntos limpios móviles, que de eso ya habla el camión solito. Con lo fácil que sería baldear los camiones y repasarles la pintura, está al alcance de la mano. En fin.

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Mañana comienza nuestro festival de cine, Alcances, que durante cuatro décadas ha resistido contra viento y marea cambios de sede, de directores, de formato, pero que ha sabido encontrar su sitio dentro del panorama de festivales cinematográficos. Aunque no sólo de cine vive Alcances. Desde anoche se puede ver en el Baluarte de la Candelaria una sugestiva exposición sobre la producción gráfica que ha generado el certamen durante estos años, que no son pocos. Hay cosas que cuando se hacen, se hacen bien, aunque vayan de puntillas o no hagan tanto ruido como otras. Estamos de enhorabuena, porque Alcances cumple cuarenta años. Menos mal, si llega a cumplir ochenta lo llevan a merendar.