Naturaleza sobre ruedas

Más de 200 ciclistas tomaron parte ayer en la II marcha cicloturista El Taraje, organizada por el club puertorrealeño Trivelobike. El pelotón partió, sobre las nueve y media de la mañana, desde la caseta municipal del recinto ferial, tras lo cual rodeó la urbanización de Las Canteras y tomó el denominado Camino del olivar. Transitó por por carriles paralelos a la autopista A-4 y salió al parque natural de Las Cañadas. Los ciclistas siguieron por senderos, algunos tan estrechos que obligaron al pelotón a ir en fila de uno, hacia la laguna del Taraje. Pero no sólo de pedales vive el ciclista: sobre las once de la mañana se producía el primer avituallamiento para reponer fuerzas.

Tras ingerir frutos secos, barritas de cereales energéticas, refrescos y agua, los deportistas continuaron pedaleando atravesando el cruce de la carretera Puerto Real-Paterna, que controlaba la Guardia Civil de Tráfico. Giraron en dirección al cortijo Guerra y tomaron un carril en dirección a Miramundo y recorrieron los numerosos toboganes de fuertes pendientes hasta Los Hardales, punto en el que se hizo otra parada para tomar líquido y frutas.

Desde este lugar, los ciclista más preparados físicamente iniciaron la competición en un tramo libre de 17 kilómetros, que finalizó en la barriada del Marquesado. Después todos los participantes pedalearon juntos hasta la barriada de La Chacona y el Barrio Jarana. Sobre las 14.45 horas, pusieron fin a la marcha en la caseta municipal.

No se registró ningún incidente de importancia, salvo algunas caídas con heridas leves que fueron atendidas por miembros de la Cruz Roja.

El vencedor del tramo libre fue Antonio Chacón Niño, mientras que en la modalidad femenina venció María José Peralta.

El premio al ciclista más veterano fue para el puertorrealeño Juan Rodríguez Fernández, conocido como El Orejitas, de 74 años, que es desde 1946 aficionado a la bicicleta.

La anécdota de la prueba la protagonizó un perro foxterrier de pelo liso, que acompañó a los ciclistas durante casi toda la prueba y que también utilizó los servicios de avituallamiento. Tras finalizar la prueba, los corredores celebraron un almuerzo de convivencia y degustaron una paella, una tortilla de patatas, filetitos de cerdo a la plancha y hasta tarta de queso.