MIRADAS AL ALMA

Xian después de la muerte

La obsesión del ser humano por obtener la inmortalidad después de la muerte se remonta hasta el principio de la creación. Vivir con el alma aun abandonando el ausente cuerpo fue antaño, sobre todo, una cuestión de fe, aunque también los místicos amparaban sus esperanzas en la pura metafísica. Y es que el hombre siempre necesitó creer. Caso excepcional en la historia resultó uno de los más colosales hallazgos culturales cuando, en 1974, durante una excavación en Xian, provincia de Shaanxi, encontraron todo un mastodóntico ejército de guerreros, caballos y carros de terracota. Más de 7.000 figuras en un mausoleo enterrado bajo tierra con el monte Li al sur y el río Wei al norte como techos de su ser.

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Fue el primer emperador Quin Shi Huangdi quien en el año 246 antes de Cristo ordenó construir ese ejército de singular belleza para su propia tumba. El emperador (creador también de la Gran Muralla China) murió a los 48 años, y el misterio por el cual creó ese ejército aún es vigente, pero invita a pensar que al igual que los egipcios enterraban sus riquezas en sus tumbas para seguir siendo ricos en el más allá, Shi Huangdi quiso demostrar su inmenso poder y llevar allá a las funestas tinieblas un ejército temible con el cual seguir conquistando las tierras del otro mundo.

El techo de tan majestuoso sepulcro era de bronce salpicado de gemas, simulando un cielo estrellado, claramente inspirado por los místicos del emperador, asemejando un auténtico diagrama cósmico. No sabemos si al emperador le sirvió semejante ejército después de la muerte, pero sí que murió creyendo a fe ciega en su más allá, lleno de glorias y aventuras Quizás pensó vencer a todos aquellos millones de chinos que bajo la ley de su espada perecieron.