CRÍTICA DE TV

La chica de la tele

El miércoles por la noche, 37,2 millones de telespectadores vieron en EE UU el brioso discurso de Sarah Palin en la convención republicana de St. Paul. Trece millones más de los que conectaron con el discurso de aceptación de Joseph R. Biden una semana antes y sólo un millón por debajo de la audiencia récord que obtuvo Barack Obama, la gran y consolidada esperanza negra, que ya gasta callo como atracción televisiva. Como un cromo sustituye a otro, la gobernadora de Alaska es la chica del momento. Es la chica de la tele, con todos los respetos para Mary Tyler Moore, que tiene en Minneapolis una estatua de bronce.

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Palabras mayores. A ver, que levanten la mano -y ella la levanta lanzando la boina como en la cabecera de su serie de los 70- todos los personajes televisivos que cuentan con una estatua callejera. Si Denver, la ciudad donde vivían los Carrington de Dinastía, fue escenario de la convención demócrata, Minneapolis-St. Paul tiene la estatua de La chica de la tele. Y no olvidemos que Minnesota es el estado de donde partieron los gemelos Walsh (Brandon y Brenda) rumbo a Beverly Hills y a Sensación de vivir.

La continuación de ésta, que se estrenó el martes en CW, es el piloto más visto de la historia de la cadena (es verdad que competía con repeticiones porque la temporada casi no ha empezado). Han regresado Gossip Girl o Bones, pero la gran vuelta al cole se producirá a lo largo de septiembre e incluso octubre. A cada paso que se da en Nueva York, se encuentra una con una valla gigante o un autobús donde se anuncia la vuelta de Dirty sexy money o Sin cita previa, dos de las series que más se juegan en su regreso, junto a Pushing Daisies. Las tres se estrenaron el año pasado y sufrieron la anormal interrupción de la huelga de guionistas sin la ventaja de estar asentadas.

Ahora mismo, todo es televisión (y llega la ceremonia de los Emmy). A Sarah Palin se la rotula como Gop Girl. Gop es un acrónimo para el partido republicano (Grand Old Party). El juego de palabras tiene los ojos puestos en Gossip Girl.