«MARRANO». Irwin reconoce que ha recibido numerosos insultos de muchos viandantes. / EFE
Un francés que se pasea en cueros a diario por San Sebastián abre el debate sobre la conveniencia de castigar su conducta

¿Es delito ir en pelotas?

No es «ni nudista ni exhibicionista». Irwin, conocido en San Sebastián por alargar sus paseos desnudo más allá de los límites de la playa de La Concha y circular en bicicleta tal como vino al mundo, se define como una persona «libre» que aplica su «libertad de expresión». Las caminatas de este francés de Hendaya, que habla perfecto castellano, suelen circunscribirse a la playa y sus inmediaciones, aunque con la bici atraviesa también las calles céntricas ante la mirada atónita de quienes lo descubren por primera vez.

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Sus andanzas han causado revuelo, tanto que el grupo municipal del PP ha pedido, para poder sancionar a Irwin, que se endurezca la, en este asunto, ambigua Ordenanza de Civismo, que, al margen de las playas, no permite «actitudes exhibicionistas de los genitales». Pero no es tan fácil asegurar que una persona que se pasea sin ropa por la calle lo haga por exhibir sus partes. Irwin cree «muy improbable» que el cambio de normativa llegue a ocurrir, porque «nadie quiere que se recorten las libertades fundamentales».

Hay quien le suelta un «tontolaba» cuando pasa a su lado; en cambio, un ciclista le anima: «¿aúpa ahí!». A lo que Irwin responde levantando su pulgar. Reconoce que a veces recibe insultos, y añade que la «boca habla desde el corazón», por lo que si alguien le tilda de «cerdo» o «marrano», muestra el verdadero «estado de su corazón», y recomienda a esa gente que se «limpie por dentro». Su actitud es clara: «No provoco perjuicio a nadie y no es una cuestión política, como la quieren pintar». La cuestión está relacionada, en su opinión, con derechos básicos de cada persona, y «a ningún político le corresponde entrar en esas cosas».

El comportamiento de Irwin tiene fundamentos intelectuales, como de-muestran el libro y el vídeo que le han servido de inspiración: el documental Voluntad inquebrantable, sobre la vida de Leopold Engleitner, dirigido por Bernhard Rammerstorfer, y el libro sobre psicología Obediencia a la autoridad, de Stanley Milgram. Subraya, con admiración, que Engleitner es «un modelo moderno» de lo que él llama «los grandes principios», e incluso alude a la figura de Jesucristo, para lanzar el mensaje a todos los cristianos de que «no juzguen al prójimo por las apariencias».

No sólo acude a La Concha donostiarra; Irwin ha estado en muchos lugares aplicando su libertad para ir en cueros: lo ha hecho en Francia y estuvo mucho tiempo en Barcelona, así como en otros lugares del País Vasco y, a su juicio, es una minoría la que ve con malos ojos su actitud. Explica que se desnuda cuando quiere, que va a la playa tanto en invierno como en verano, hace deporte y se desplaza en bicicleta sin ropa; eso sí, con el casco reglamentario bien ajustado.

Se reafirma en que no se puede regular lo que «no hace daño a nadie» y cree que «ir vestido de una manera u otra» -desvestido- no causa mal, lo que ocasiona daño es «la intolerancia hacia la diferencia». «Apliquemos criterios válidos de justicia que no se basen en la apariencia», aboga.