La corrida del día 10 en El Puerto
Desde hace meses sólo se habla y se lee en prensa de la corrida del día 10 de José Tomás en El Puerto. Me pregunto ante tal expectación quién es el promotor de este «escándalo taurino» que se ha formado para ensalzar, con todos mis respetos, a lo que se ha llamado un gladiador. Con esta campaña de publicidad se ha olvidado a uno de los toreros con más arte y verdad que ha dado la tauromaquia en las últimas décadas. ¿Quién ha dicho que verá el próximo día 10 a Morante de la Puebla? Muy pocos. Casi ninguno. Ni incluso aquellos que conozco y que se tienen por buenos aficionados. No seré yo quien desmerezca a José Tomás, porque es un torero de los que hacen época y como todos los toreros merecen respeto y admiración. Se trata del toreo que desde los tiempos de Juan Belmonte ha hecho más honor al estilo que éste creó con su quietud frente al toro.
Actualizado: GuardarPero es un atentado al mundo del toreo olvidarse de que la corrida del día 10 es un mano a mano entre dos figuras. El primer espada es José Tomás y el segundo, Morante de la Puebla.
Por esta razón les quiero decir a los miles de espectadores y aficionados que no vayan a los toros a ver cómo un torero se pone delante de un astado ofreciéndole su cuerpo para que le dé una corná. Que el día 10 de agosto no vayan a los toros sólo para vivir el riesgo y la emoción que van a experimentar cuando vean al maestro José Tomás ceñirse con los toros y pasarse los cuernos por la faja para quitarle la sangre y mezclarla con la suya. Que sepan que la corrida es un mano a mano, que también se fijen en el otro espada y sientan el derroche de arte que emana de su cuerpo durante la lidia, que admiren el temple de sus naturales, el compás de sus verónicas y la magestuosidad de su verdad. Únicamente así, cuando salgan de la plaza, podrán decir que han visto una corrida de toros, un mano a mano entre los dos maestros más grandes de los últimos cien años: José Tomás y Morante de la Puebla.
Jerónimo Carrasco Sánchez. El Puerto
