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«Los vecinos están asustados y con la escopeta tras la puerta»

En la barriada de El Marquesado habitan aproximadamente 400 familias y la mayoría tiene lazos familiares con vecinos de la zona. «Tras los hechos ocurridos, la mayoría de los vecinos está asustada. La gente espera que esto no vuelva a ocurrir, aunque ya se han preparado con la escopeta tras la puerta de sus casas. Esto no había pasado nunca antes, pero por lo visto, como en todas las ciudades y en todas partes, existe una movida de la juventud, que ya no es la misma que hace veinte años. Ahora los jóvenes tienen otra manera de pensar y de actuar, y aquí por las noches suceden muchas cosas raras con eso de la botellona y las drogas», manifestó un miembro de la Asociación de Vecinos San Juan del Marquesado.

TITO BARRENA
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La misma persona entrevistada señaló que: «Esto es un lugar de paso y hay de todo. Cada vez vive más gente de fuera y los chalés no se compran como si fueran rosquillas. No conocía personalmente a la infortunada joven, pero si a un tío suyo y creo que no estaba metida en nada raro, pero parece ser que alguien de su familia si, y eso es algo que trae cuerda de largo. Pero eso se sabrá cuando el juez levante el secreto de sumario, aunque le puedo asegurar que algún día habrá una gran movida que traerá los efectivos policiales que queremos».

Este vecino, además, lanzaba un deseo para que la convivencia no se pierda en el diseminado: «Dios quiera que el culpable no sea de otra familia. Aquí no hay quien duerma hasta que todo se aclare y se detenga a los responsables».

Respecto al posible móvil del robo, otro vecino dijo: «Nadie mata a nadie por robar». Y es que esa hipótesis se encuentra entre las más inverosímiles no sólo para los residentes, sino también para los propios afectados.

Asimismo, varias personas dijeron que antes de los luctuosos hechos, se notó en la barriada una mayor presencia tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, que estuvieron dando vueltas por el núcleo rural.

Varias mujeres que estaban en un comercio de ultramarinos manifestaron que la joven Tamara era una chica normal. «Era una chiquilla estupenda que venía aquí por los mandados. Era muy simpática y cariñosa. Con su abuela tenía un trato estupendo, pues pocas nietas se portan así y en la farmacia del barrio la querían muchísimo. La pobre se llevaba bien con todo el mundo y no estaba en la droga. Los que han hecho esta canallada no son vecinos del Marquesado, sino gente de fuera», concluyó una señora.