Diego de Alcázar, presidente de Vocento, y Giuseppe Tringali, durante su intervención. / SIGEFREDO
TELEVISIÓN Y RADIO

Telecinco pide incentivos fiscales para la inversión en márketing y publicidad

Tringali, consejero de publicidad de Telecinco, aconseja mayor creatividad para hacer frente a la crisis económica

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«Hoy en día las marcas ya no son sólo de los productos o de las empresas, sino también de los países. ¿Por qué no ayudar entonces en algo que estratégicamente y a futuro será la clave del desarrollo? Y, por ejemplo, ¿por qué no incentivar fiscalmente las inversiones en márketing y en publicidad, que son determinantes en la construcción de la marca?».

Ésta fue una de las propuestas que ayer lanzó al aire el consejero delegado de publicidad de Telecinco, Giuseppe Tringali, para superar la dificultad del mercado, «por muy complicada que sea». A su juicio, esto serviría para que los pequeños y grandes empresarios apuesten más por la innovación y la creación de marcas, a nivel nacional e internacional. «Estas iniciativas pueden al mismo tiempo sostener el empleo y hacer de barrera a los productos de baja calidad provenientes de otros países», señaló.

Críticas a TVE

Tringali intervino ayer en el Foro de la Nueva Economía, donde fue presentado a los asistentes por el presidente de Vocento, Diego del Alcázar Silvela, quien lo definió como «la imagen del éxito de Telecinco, un triunfo como cadena, como programas, como profesionales y como labor publicitaria». El directivo de la privada hizo una defensa cerrada de la publicidad y el papel que ésta desempeña en aras de la libertad, «ya que permite a los consumidores, en primer lugar, tener un abanico más amplio de opciones donde elegir y, en segundo término, tener pluralidad de medios de comunicación».

Tringali se mostró especialmente crítico con la situación de TVE, que «compite como comprador de derechos de contenidos, hace subir el precio de los mismos y se gasta en contenidos de entretenimiento lo que debería gastar en servicio público». Y fue más allá: «Aún es peor. Compite como vendedor de publicidad arrastrando con sus bajos precios a todos los medios publicitarios». Luego apostilló con un rotundo «el dinero de las empresas privadas debe revertir en las empresas privadas».

Por último, destacó «un segundo factor de distorsión» del sector: la normativa que regula la publicidad en televisión. «No tiene sentido que exista una ley que nos diga cuándo podemos cortar un programa o cuántos segundos de publicidad podemos emitir. Los gobiernos democráticos deben fomentar la libertad. Si por poner demasiada publicidad una televisión pierde audiencia y eficacia, debería ser un problema suyo, no del Estado. Es perfectamente admisible que exista una ley para regular los contenidos publicitarios para hacer que sean respetuosos con la ética y la legalidad vigente. Lo que no tiene sentido es que exista una ley que nos diga cuándo podemos cortar un programa o cuántos segundos de publicidad podemos emitir», subrayó.