El papa Benedicto XVI ha permanecido durante seis días en EEUU. /REUTERS
de seis días

Benedicto XVI cierra una histórica visita a Estados Unidos

Sus últimos actos antes de volver a Roma han sido una emotiva e intima plegaria en la devastada 'zona cero' y una misa seguida por 57.000 católicos en el estadio de los Yankees de Nueva York

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El Papa Benedicto XVI se ha despedido de Estados Unidos deseando que el futuro traiga a este país "una mayor solidaridad, un creciente respeto recíproco y una renovada fe". El Santo Padre ha puesto fin a una visita histórica de seis días, con una emotiva e intima plegaria en la devastada 'zona cero' y con una misa seguida por 57.000 católicos en el estadio de los Yankees de Nueva York.

En la ceremonia de despedida en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, el Papa ha mostrado su agradecimiento a "las autoridades civiles y voluntarios que han sacrificado su tiempo y energía para asegurar el sereno desarrollo del viaje". Más de 5.000 católicos le esperaban en uno de los hangares del aeropuerto neoyorquino para despedir al jefe de la Iglesia Católica, para quien un coro ha interpretado diversos himnos religiosos.

Para el Pontífice, uno de los momentos más "significativos" del viaje fue el discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y ha valorado "todo lo que la organización ha logrado para defender y promover los derechos fundamentales de todo hombre, mujer y niño de cualquier parte del mundo". Ha alentado a que la ONU continúe "esforzándose sin desfallecer en la promoción de las coexistencia justa y pacífica entre los pueblos y las naciones".

El vicepresidente de EEUU, Richard Cheney, que ha acompañado al Pontífice en su despedida, ha subrayado que "esta semana ha sido memorable para los estadounidenses", y ha pedido al Papa, a quien ha llamado "mensajero de la paz y de la justicia", que tenga a este país en sus plegarias.

Impresionado tras la visita a la 'zona cero'

Benedicto XVI ha asegurado que para siempre quedará "grabada" en su memoria la visita de hoy a la 'zona cero', donde se desplomaron las Torres Gemelas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, donde murieron casi 3.000 personas.

"Seguiré rezando por los que fallecieron y por los que sufren las consecuencias de la tragedia que tuvo lugar en 2001, y por Estados Unidos, para que el futuro traiga una mayor solidaridad, un creciente respeto recíproco y una renovada fe".

El Papa ha explicado que estos días en Estados Unidos han estado "bendecidos por muchas e inolvidables experiencias del sentido de hospitalidad de los americanos" y ha agradecido al país "su amable acogida". El agradecimiento se ha extendido al presidente de Estados Unidos, George W. Bush; al vicepresidente, Richard Cheney; y a los alcaldes de Washington, Adrian Fenty, y de Nueva York, Michael Bloomberg.

Este viaje ha servido también al obispo de Roma para mostrar su dolor y calificar de "gran vergüenza" el escándalo de los sacerdotes pederastas, además opinó que es mejor que haya menos sacerdotes y buenos, que muchos y malos. El Papa, que se reunió en la nunciatura papal en Washington con algunas víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, instó a la Iglesia Católica de EEUU a comenzar un "tiempo de purificación".

Una nación devota

Por último, el Sumo Pontífice ha querido mostrar su reconocimiento por haber sido "testigo de la fe y la devoción de la comunicad católica de esta nación" y ha destacado los encuentros con los líderes de las otras religiones cristianas y otras confesiones. Benedicto XVI ha alentado a los miembros de la Iglesia Católica a "perseverar dando un gozoso testimonio de Cristo, nuestra esperanza, que renueva todas las cosas y nos da vida en abundancia".

Con "God bless America" (Dios bendiga América), una de las frases más a menudo repetida por los estadounidenses, Benedicto XVI ha terminado su mensaje de despedida de un país, que en esta visita definió como "profundamente religioso".

Durante su estancia en Estados Unidos, Benedicto XVI cumplió 81 años, el pasado miércoles, y tres años como jefe de la Iglesia católica, el 19 de abril.