HISTORIADOR. El británico Stanley G. Payne. / LA VOZ
Cultura

Hitler no soportaba a Francisco Franco por ser un «charlatán»

El hispanista Stanley G. Payne aborda en su nuevo libro las relaciones entre los dictadores

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Hitler mostró poca simpatía por Franco. Al principio le subestimaba, luego pensó en España como un reducto de materias primas (wolframio, sobre todo), más tarde pidió al dictador gallego que entrara en guerra... Finalmente, ante la actitud titubeante de Franco, el Führer dio un puñetazo en la mesa y exclamó: «¿Este es un charlatán que lo único que ha hecho ha sido engañarme!».

Lo cuenta el hispanista británico Stanley G. Payne en su ensayo, Franco y Hitler. España, Alemania, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, que acaba de publicar La Esfera de los Libros. A Hitler le desesperaba la actitud del general español. «Cada vez que le preguntaba por asuntos importantes, Franco le respondía con batallitas de sus guerras en África», explicó Payne, quien concede a Franco la cualidad de la astucia. «Apoyó a Hitler porque tenía que devolverle los muchos favores que le hizo durante la Guerra Civil, pero lo hizo con tiento, sin exponerse, y consiguió no entrar en la guerra, que a la postre fue beneficioso para el país».

Franco le comunicó a Hitler -a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Serrano Suñer- que España no podía entrar «por gusto» en el conflicto. Exigía, como contraprestación, el control de Marruecos, el oranesado en Argelia y buena parte del territorio francés en África Occidental. «Tras la invasión de Francia en junio de 1940, los alemanes no querían enfrentarse al régimen de Vichi, afecto a ellos», precisó el prestigioso hispanista. «Si Hitler cede a las pretensiones de Franco, los franceses colaboracionistas de los alemanes se hubieran sentido humillados, lo que hubiera resultado peligroso para los intereses de Alemania».

El dictador español exigía mucha, a sabiendas de que nunca lo obtendría. «Se negó a invadir Gibraltar a cambio de nada». Tampoco tenía claro que Hitler saldría triunfador, ni siquiera al principio, cuando todos los naipes pintaban a su favor. «Franco se salvó porque, a diferencia de Mussolini, no cometió el error fundamental de intervenir directamente en la guerra», subrayó este prestigioso hispanista. Payne aventura que a Franco le vino bien que ganarán los aliados. «Uno de los planes de Hitler era derrocar a Franco a través de los falangistas y otros grupos descontentos con el régimen». La victoria de las democracias originó la guerra fría con la Unión Soviética. «Estados Unidos se dio cuenta de que España gozaba de una buena situación geoestratégica y no dudó en acercarse al régimen franquista; en política nadie hace favores de manera gratuita».