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Que se acaben ya

A mí me tienen frita. Y eso que, en la medida de lo posible, los esquivo cuando los veo en la televisión. Fíjate que yo no sabía ni quién era la niña de Rajoy, «¿qué es eso de la niña, que hay una líá con la niña...?» Mi compi de piso me lo explicó, y luego puso la tele para ver el segundo debate. Total que me tuve que ir del salón.

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Voy a votar, sí, porque voy a votar, pero por favor, que no me atiborren más, respeten a las personas que no nos ponemos con estas peleas, de verdad, que llevamos ya como 8 ó 12, ó 16 años de campaña electoral ININTERRUMPIDA...

Pones el telediario, y ya sabes lo que te vas a encontrar. La primera mitad la ocupan ellos con sus insultos, y la otra mitad los cotilleos de fútbol, que viene a ser todo lo mismo: competitividad y morbo. En medio cuelan alguna bomba en Irak, o un muerto en patera, y listo.

Y si sólo fuera esto, pues una apagaba la tele y listo. Pero el poder de las elecciones llega mucho más allá. Burocráticamente, se paraliza todo, o casi todo, a espera de los resultados definitivos que determinen en la urnas quién va a ser la persona que guíe nuestas vidas cuatro años más. Quiere la mala suerte que, además, este año sean justo un día después del Día de la Mujer. Yo creo que lo he dicho alguna vez, que el Día de la Mujer sóo sirve para que, al menos ese día y los de alrededor, a las mujeres artistas nos salga trabajo. Pues esta vez ni eso, hija. Con el rollo de las elecciones, aquí no hay forma de buscarse las papas. Todo está centrado en los actos de campaña, no se puede hacer nada, a no ser que quieras participar en un mitin, y no es el caso, of course.

Por eso, que acabe todo esto ya. No más espectáculo, no más hacernos creer que el más competente es el que habla mejor en un debate, no más niñas, no más zetas, no más deportistas ni artistas, no más, por favor...