Jesusito de mis carnes

La última de los pejigueras ha sido ver un conflicto de dignidad de la mujer en un anuncio de una compañía aérea. Por lo visto los de Facua, que son de defender los derechos de los consumidores, habían visto una lesión al derecho porque la azafatas salían en un calendario más bien en lo que es lencería fina, que es como un refino de Cádiz pero en la cosa aeroespacial, y los habían denunciado por lo que es la cosa de enseñar ombligo con fines comerciales. Por cierto si los de Facua llegan a ver los calendarios que regalaba Amalia, no veas la que liaban, porque les advierto que se veían hasta humanos sin paño de pureza. Un poco antiguos los de la Facua porque aquí han salido haciendo calendarios enseñando el ombligo e incluso otras cosas de pecado, hasta el gremio de recoveros de San José del Valle, que incluían además, para mayor desvergüenza, un desnudo de pollo campero sin salsa en el mes de julio.

Yo la verdad es que llevaba muchos años callado pero como veo que todo el mundo se pone pejiguera voy a hacer una denuncia y más después de que Esperanza Aguirre, que también es patriota y que hasta los churros los envuelve con la bandera de España, se haya también preocupado del problema del posicionamiento de niños jesuses en los belenes, tema realmente preocupante sobre todo en estos tiempos en que está en peligro la unidad de la nación.

Yo no lo quería decir, pero ya voy a hablar. Se han dado cuenta ustedes de que los niños jesuses de los belenes están más bien gorditos, que se ve que la Virgen María se esconde detrás del buey y la burra cuando cierra y pone al niño jipato de phoskitos, regalos y pastelitos. A esto hay que ponerle solución. Yo creo que hay que denunciar el tema porque es que yo estoy viendo que un día al niño jesús le revienta el dodotis, se le ve la gracia de Dios y ya tenemos ahí a la Facua denunciando a la Asociación de Belenistas.

Me parece a mí que se tiene que sacar una ley, consensuada evidentemente, para que los niños jesuses sean de la talla 40 de dodotis y haya un reglamento que contemple poner al recien nacido a regimen (a base de pastelitos de Belen de los que hace el Yaki en Puerto Real) en caso de detectarse que el niño no está ya en sobrepeso sino más bien en sobreusa. De paso sería bueno también que, como reforzamiento del espíritu nacional en materia navideña, tanto a la apertura como al cierre de los belenes, se toque el himno de España y se ice la bandera de la patria en el pesebre, donde el niño Jesús se rie porque está alegre.