El torero sabe que tiene mucho tirón mediático, pero prefiere centrarse en su trabajo. / LA VOZ
JOSÉ MARÍA MANZANARES TORERO ELLOS & ELLAS

«Supongo que soy hombre de una sola mujer, porque llevo desde los 15 años con la misma»

Suelen decir los taurinos que «el toro de cinco, y el torero de veinticinco». Y esa es la edad de José María Manzanares, aunque ya muy pronto, el 3 de enero, cumplirá los 26. El hijo del gran Manzanares sale de un año complicado. Y no por culpa del toro, sino de otro bicho infinitamente más pequeño y dañino: un mosquito. Víctima del dengue, Josemari anda todavía en fase de recuperación y a la espera de los últimos análisis que confirmen que está curado del todo. Viéndole, se diría que lo está... porque luce hechuras de joven galán de Hollywood. Estos días ha sido una de las estrellas invitadas a la gala de los premios Barcelona és Moda.

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-Le veo desfilando para Armani...

-Bueno, no sé, de momento voy a centrarme en mi carrera que es lo más importante. Si sale algo extraordinario se pensará.

-Tiene experiencia. Ya ha posado muy sexy para Vogue.

- Fue un reportaje que hicimos justo después de pegarme la primera cornada y era con Peter Lindbergh. Que un fotógrafo de esa categoría te retrate es un orgullo.

-¿Se ve anunciando la Gula del Norte?

-A mí no me parece mal que los toreros hagamos publicidad, siempre que sean cosas serias, respetuosas y con clase. Creo que es bueno para la fiesta y para el mundo del toro, porque se nos conoce un poco más. Pero mi profesión es el toreo y a eso estoy entregado. Ahora mismo sólo pienso en el toro.

-No es mi proyecto. Tengo el pensamiento de torear hasta que me deje el cuerpo y los toros me respeten. Si Dios quiere, pienso estar en esto unos veinte años.

- ¿Y cómo anda de salud?

- Mejor. Hace unos días estuve en Pamplona, haciéndome revisiones, y parece que el hígado y los músculos ya están perfectos. Pero ha sido duro. El dengue me ha cortado una temporada importante. He perdido treinta corridas en España, más las de América. Lo he llevado arrastrando, porque no me descubrían qué era y yo me encontraba muy mal todas las tardes, con mareos, desmayos, pérdida de reflejos... Esperemos que pronto ya me dejen entrenar. Llevo tres meses parado.

-¿Notó la picadura?

-Yo creo que fue en Cali, Colombia. Toreé allí el 30 de diciembre y el 1 de enero y me hincharon los mosquitos.

-Y pensar que iba usted para veterinario...

-Empecé la carrera, sí, porque es lo que me gusta. Me encantan los animales, desde niño.

-Eso no se lo traga un ecologista.

-Mucha gente me pregunta: ¿Y si te gustan tanto los animales, por qué los matas? Es difícil de explicar, pero ser torero es una forma de vida, una filosofía. Yo me he criado entre animales. En la finca los tenemos de todo tipo: caballos, ovejas, vacas, perros, gatos... Y los toros, junto con los perros, son los animales que más me gustan. / COLPISA