Denuncia genética

a denuncia presentada por una vecina de Santiago de Compostela contra cuatro investigadores del Banco Andaluz de Células Madre, por un supuesto delito de manipulación genética, ha reavivado los recelos ante una práctica científica cuya regulación está ya plenamente delimitada por la Ley. El centro granadino, pionero en España y auspiciado en su día por el ministro de Sanidad, Bernat Soria, alberga y aporta material biológico para investigaciones basadas en la utilización de células madre. Permite las técnicas de transferencia nuclear con fines terapéuticos y prohíbe la creación de embriones destinados a la investigación. Unas garantías llamadas a asegurar su adecuada aplicación, pero que ni pueden solventar las reticencias éticas o morales de carácter personal ni deberían ser sometidas, por ello, a una forzada judicialización.