MEMORIAS DE LA FRONTERA

Esperando a las gaditanas del año

Como un niño con zapatos nuevos. Así se siente quien suscribe, nieto de una jerezana e hijo de las dos bahías de este viejo confín con tres provincias en una. Que el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz le haya concedido uno de los premios extraordinarios Gaditanos del Año Siglo XXI, le alegra las pajarillas y le sirve como magdalena de Proust para recordarse a sí mismo con 12 años, entrando a Cádiz por un desfiladero de sal, para contraer domicilio como beduino de Puerta Tierra.

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Agradecido al jurado que le ha incluido en esta octava edición de los galardones, junto con el grupo musical Gadir, la coral Antares, el artista plástico Manuel Virella Peñate, la Agrupación Militar Cádiz de misión en la antigua Yugoslavia, la asociación de vecinos de Puntales, el Servicio General de Oncología del Hospital Puerta del Mar, el doctor Leopoldo Martín Herrera, el poetazo y escritor Antonio Murciano, el marino de guerra, regatista y deportista Rafael Iturrioz, o Miguel González Tello, como primer gaditano que ha participado en el rally París-Dakar. Desde la factoría de Dragados Offshore en Puerto Real al emprendedor José Antonio López Esteras, a su Grupo y Fundación Jale, al profesor Ramón Vargas Machuca y Francisco Quintanilla y los toreros Rafael de Paula y Jesulín de Ubrique, se alternarán en la recogida de estos premios junto con los autores carnavalescos José Ramón -Quico- Zamora y Manuel Santander, o los flamencos Gitanillos de Cádiz y Antonio Benítez.

Seguro que todos nos pondremos de pan mascao el próximo viernes 26 en el Ayuntamiento para recibir estos galardones instituidos por un Ateneo cuyas tapaluces entornados ha abierto su actual presidente Ignacio Moreno, aunque parte de la sociedad local siga viendo a dicha institución, a la que pertenezco, bajo el lastre de aquel pasado suyo unívoco de un tiempo de silencio que ya no tiene sentido.

Lo que uno echa de menos en dicha relación es que no aparezcan mujeres con nombres y apellidos. Hay muchas de ellas entre los galardonados -desde la inefable Conchita a las corales y asociaciones citadas-, pero no veo damas con nombres y apellidos, por lo que debo deducir que, lejos de cuotas limitativas, el Ateneo estará pensando sin duda en instituir también otros premios a las Gaditanas del Año Siglo XXI.

Si el año pasado, sin ir más lejos, esta entidad premió así a Sara Baras, a Belén Mozo o a Adela del Moral, seguro que esta vez está preparando una andanada mujeriega, que abarque desde la deportista Monserrat Cornejo a la pintora Carmen de la Calle, pongo por caso, donde quepan los versos de Mercedes Escolano o de Ana Sofía Pérez-Bustamante, con el empeño emprendedor de Estela Benot o de Paloma García. Seguro que ya hay un jurado que está deliberando para otorgarle su sitio a María José Franco, a Encarnita Anillo, a Ana Salazar o a Rosario Toledo, que han tenido un año flamenquísimo. Y que no se olvidarán de la actriz Yolanda González, de las cineastas Mercedes Moncada o Alicia Cifredo o de Las Chirigóticas de tomo y lomo. Estoy convencido que los encargados de conceder estas distinciones ya están echándole un vistazo a las aulas universitarias para advertir que la sabiduría, las ciencias y las humanidades suele escribirse mayoritariamente en Cádiz con nombre de mujer. Espero, ansioso, a que este Ateneo nuestro de una ciudad con vocación plural y diversa, se acuerde también de esas otras heroínas anónimas, cotidianas y humildes, a las que bautizamos de antiguo con el gastado nombre de marías y que llevan media vida dando la batalla por no despeinarse en mitad de tanta supervivencia. Y que son, por cierto, de carne y hueso, no como la ficticia y sin embargo prestigiosa Lola La Piconera. A por ellas, que son muchas y valientes.