REGRESO. Sambruno volvió al once titular rojiblanco. / A. VÁZQUEZ
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La falta de puntería priva del triunfo al mejor Portuense de la temporada

Los rojiblancos desperdiciaron hasta 14 claras ocasiones para batir la portería extremeña Los dos únicos goles que acabaron subiendo al marcador llegaron desde el punto de penalti

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Al Racing Portuense tampoco le favoreció la suerte del gol ante el Mérida y vio cómo sus delanteros malograban una y otra vez las numerosas ocasiones de las que dispusieron durante el partido. El empate final sabe a poco para los locales pero más allá del solitario punto sumado, los pupilos de Carlos Orúe protagonizaron el que fue sin duda su mejor encuentro en lo que se lleva de temporada.

Salió el Racing como un auténtico torbellino en la primera parte. Así, habiéndose complido escasamente el primer minuto de juego, Jonathan Torres y Paulino gozaban de la primera de una larga lista de oportunidades para adelantar a su equipo en el luminoso. Masegosa se escapa por la derecha y su centro raso se pasea por el área pequeña emeritense sin que ninguno de los delanteros rojiblancos acierte a empujar al fondo de las mallas. Sí lo conseguiría Paulino dos minutos después pero su tanto quedaba anulado a instancias del linier por un fuera de juego que ni grada ni locales se atrevieron a discutir. El Mérida estaba superado por completo y de nuevo en el minuto 7 Jonathan Torres levantaba un uy entre el público al llevarse un balón en carrera, driblar al portero y disparar por fuera de la red a puerta vacía.

El José del Cuvillo empezaba a creer que por fin volvería a disfrutar de una tarde placentera de fútbol pero el gol no llegaba a pesar de que a las anteriores ocasiones seguían sumándose más, una tras otra. El buen juego de los de Carlos Orúe coincidía con los mejores momentos de David Palacios desde que se vistiera la camiseta rojiblanca. El sevillano fue un dolor de cabeza para la defensa visitante hasta su sustitución en la segunda parte, a la que desbordaba una y otra vez ya fuera con sus regates o con medidos pases en profundidad hacia las incorporaciones de los extremos. Precisamente en una de éstas, Zurdo estuvo a punto de estrenar el luminoso pero su disparo dentro del área salía demasiado flojo y el cancerbero Orlando Quintana atajaba el esférico sin mayores complicaciones.

Ya fuera por la seguridad del guardameta visitante o por el desacierto de los atacantes racinguistas, el caso es que iban pasando los minutos y las tablas seguían inamovibles en el marcador. El esfuerzo realizado poco a poco iba haciendo mella en los locales que a partir de la media hora de partido levantaban el pie del acelerador, lo que permitió al Mérida aproximarse a la meta defendida por Wilfred aunque apenas sin sensación de peligro.

Penas máximas

El desgaste de la primera mitad dio lugar a un partido menos vistoso tras la reanudación. Orúe se enfrentó a la primera de las adversidades de la tarde al tener que sustituir a Suárez por Sergio Torres debido a unas molestias físicas del asturiano. A los pocos minutos también daba descanso a un agotado Palacios quien instantes antes no había acertado a rematar a la red un balón franco en las proximidades a la portería de Orlando Quintana. El mediapunta abandonaba el terreno de juego en el minuto 54 en medio de una sonora ovación de la grada que reconocía así su buen hacer durante el partido.

Quien seguía intentándolo era Paulino y dos buenas acciones suyas que no acabaron en gol de milagro precedieron al primer tanto del partido. El colegiado sancionaba con penalti un agarrón de Sambruno en el área racinguista que Sabino convertía con un suave disparo por el centro de la portería. El Mérida se ponía por delante y la tragedia se comenzaba a mascar en el banquillo rojiblanco que además veía como Zurdo debía recibir asistencia médica por un tirón en uno de sus muslos. En esta situación de nuevo Sabino ponía en jaque a la zaga local con un disparo a bocajarro que se marchaba alto con Wilfred ya batido.

Pero cuando todo parecía ya perdido Paulino sacaba petróleo de un falló defensivo a diez minutos del final. El ariete se llevaba el balón hasta la línea de fondo y su centro era cortado con la mano por un defensa emeritense en el interior del área. Masegosa, el gran especialista Portuense, acababa de ser sustituido así que fue el propio Paulino el que se echaba la responsabilidad a sus espaldas y convertía el empate de disparo raso. Aún tendría el Portuense la oportunidad de dejar los tres puntos en casa pero Rexhe tampoco atinaba ante la meta visitante, con lo que las tablas se mantenían así hasta el pitido final del colegiado.

El punto logrado sabe a poco en El Puerto pero el buen juego exhibido permite aventurar que la recuperación del Portuense se encuentra mucho más cercana de lo que cabía pensar hace tan sólo unas jornadas.