Psicología

Mónica Vicente: «Te conformas con lo que tienes porque lo desconocido te da miedo»

La novela de Mónica Vicente 'Tienes un Ferrari en el garaje' hace referencia a todo aquello que no nos atrevemos a hacer por miedo a la incertidumbre de lo desconocido

Mónica Vicente. Imagen cedida
Melissa González

Melissa González

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Es de humanos pararse a pensar en un momento determinado qué camino queremos tomar para encontrarnos con nosotros mismos y dejar de ser quienes no somos. Lo de vivir en piloto automático seguramente por un pequeño periodo de tiempo está bien, pero nada comparable con llevar las riendas de nuestra vida y tomar nuestras propias decisiones sin dejarnos influir por los demás ni que el miedo se apodere a nuestras ganas e ilusión por explorar otras vías. Sobre esto y mucho más va el primer libro de Mónica Vicente, conocida youtuber, influencer y empresaria, 'Tienes un Ferrari en el garaje' (Grijalbo).

En una historia inspiradora, Mónica Vicente nos invita a «salir del garaje» y emprender un camino de autoconocimiento y aceptación a lo largo del cual, a pesar de las curvas y los obstáculos, lleguemos a descubrirnos a nosotros mismos, requisito indispensable para vivir de acuerdo con nuestra esencia y verdadera identidad.

'Tienes un Ferrari en el garaje' (Grijalbo)

Con 'Tienes un Ferrari en el garaje' has creado el lema 'sal del garaje'. ¿Qué quiere decir?

Precisamente dar ese primer paso. Salir del garaje es abandonar esa rueda de ratón, ese lugar llamado paradójicamente «zona de confort» que no nos gusta y que suele ser de todo menos confortable. Igual que le sucede a Brianne al inicio del libro, sentimos que algo nos falta, que algo nos sobra, que no encajamos… pero nos sentimos seguros en ella porque es un lugar conocido: nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestro modo de vida, nuestro estatus económico…

Vivir en la zona de confort, entonces, sería conformarse...

Tendemos a conformarnos con lo que somos o lo que tenemos porque la incertidumbre y lo desconocido, todo aquello que está fuera de ese garaje en el que nos sentimos a salvo, nos da miedo. Fuera de él podemos mojarnos, sufrir un accidente, encontrarnos curvas, obstáculos, críticas, decepciones, fracasos… Así que nos quedamos ahí, en el garaje, con el «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer», justificándonos con frases del tipo «es lo que hay», «la vida es así», «qué le vamos a hacer», «es lo que toca», «no puedo hacer otra cosa», etc.

Preferimos pagar el precio de renunciar a nuestros sueños con tal de estar «a salvo» de todos esos peligros, pero sobre todo «a salvo» de nosotros mismos. Somos nuestro gran desconocido, nos aterra todo eso que podemos llegar a ser, ¡nuestro potencial nos abruma! Somos un Ferrari que ruge en silencio aparcado en el garaje, oxidándonos poco a poco sin llegar a ser todo eso para lo que hemos sido creados. Y mientras nuestro Ferrari siga apagado sentiremos tristeza, hastío, esa náusea existencial de la que hablaba Sartre que nos provoca un inmenso vacío interior y apatía por la vida en sí.

«Es necesario ponerse en marcha para que los caminos aparezcan»

Mónica Vicente

Autora de 'Tienes un Ferrari en el garaje'

«Salir del garaje», de manera análoga a «salir del armario», es dejar de escondernos y aceptarnos y mostrarnos al mundo y sobre todo a nosotros mismos tal y como somos, sin complejos, sin dudas y sin máscaras, sin miedo a no encajar, a no cumplir expectativas o a no ser queridos. Es, al fin y al cabo, poner de manifiesto nuestra esencia y actuar conforme a ella, como finalmente consigue Brianne,, la protagonista del libro, al encontrar su propia identidad, esa que perdió sin saber cómo en su vida de pareja, su maternidad, sus creencias, su cultura…

Si le digo 'el primer paso no te lleva donde quieres pero te saca de donde estás’, ¿qué me diría?

Significa acción consciente. Hay que empezar a caminar… ¡hacia donde sea! Muchas veces nos encontramos atrapados en un círculo vicioso de rutinas y hábitos en el que vamos en piloto automático, sin ser conscientes de que caminamos en círculo hacia ninguna parte.

Salir de ahí con un simple paso en cualquier dirección que rompa esa inercia es la única manera de abandonar la rueda de ratón en la que vivimos, igual que le ocurre a Brianne. Solo cuando da el primer paso para salir de donde está, sin saber muy bien a donde, empieza a ver la infinidad de caminos posibles que puede seguir e incluso crear. Todos los caminos empiezan con un primer paso y, como decía Machado «caminante no hay camino, se hace camino al andar». Si nos quedamos donde estamos, jamás iremos a ninguna parte. Es necesario ponerse en marcha, los caminos aparecerán.

Cuando no estamos contentos con nuestra vida y buscamos cambios, ¿qué necesitamos para dar ese giro?

Algo tan sencillo como saber que podemos dar ese giro y cambiar las cosas, ser conscientes de que tenemos la posibilidad de hacerlo. Solemos negarnos esa oportunidad, está todo tan oscuro en nuestro garaje que no vemos la puerta de salida, y precisamente todo lo que deseamos y merecemos está al otro lado.

«Cada persona ve el mundo y a los demás a través de su propio filtro»

Mónica Vicente

Autora de 'Tienes un Ferrari en el garaje'

¿Podría decirse que tenemos miedo y necesitamos un estímulo para ese cambio?

Desafortunadamente, muchas veces necesitamos un bofetón de la vida, un baño de realidad disfrazado de pérdida, decepción, fracaso, traición… para espabilar y ver la puerta, como le ocurre a Brianne al descubrir las infidelidades y la vida paralela de su marido. Si no llega a ser por eso, jamás se habría atrevido a salir y emprender su propio camino, cuando en realidad lo debería haber iniciado años atrás. En Japón a este modo de aprendizaje o crecimiento a través del dolor le llaman Kensho, en contraposición al Satori, que es aprendizaje por inspiración o intuición, cosa que no suele ser tan frecuente pero que le habría ahorrado no solo a Brianne tanto sufrimiento y lágrimas sino a muchísima gente que no da ese paso de motu propio y espera a que la vida le saque de ahí a patadas.

En cualquier caso, ya sea por dolor o por inspiración, cuando abrimos la puerta y salimos de esa vida o situación que no nos gusta, respiramos aire fresco y podemos vernos desde otro ángulo y perspectiva, contemplarnos de manera panorámica y, por supuesto, con mucha más luz. Estar encerrados siempre en lo mismo nos ciega y no vemos nuestro potencial y mucho menos el camino que debemos tomar.

Muchas veces esos anhelados cambios no llegan por temor a lo que piensen los demás o por creer que afectamos a otros, ¿no es así?

Cada persona es responsable de sí misma, no solo de lo que hace o dice sino también de lo que piensa o siente. No podemos responsabilizar a nadie de cómo nos sentimos por lo que hacen ni tampoco hacernos responsables de cómo los demás se vean afectados por lo que decimos, hacemos o dejamos de hacer. Cada persona ve el mundo y a los demás a través de su propio filtro, creado a base de creencias y experiencias personales, entre otras cosas.

Que algo nos parezca bien o mal depende única y exclusivamente de nuestra mirada subjetiva, del significado que nosotros le damos como sujetos particulares porque las cosas en sí mismas son neutras, no son ni buenas ni malas, ni correctas ni incorrectas. Y como cada persona tiene un filtro personal y único y hay millones de personas en el mundo, es absurdo pretender que todas interpreten nuestras decisiones o forma de ser igual que nosotros.

«Quienes viven en estado de victimismo no sienten necesidad de conocerse»

Mónica Vicente

Autora de 'Tienes un Ferrari en el garaje'

Cuando alguien nos critica, en realidad no habla de nosotros sino de él mismo y del filtro con el que nos ve, de ahí el dicho «lo que dice Juan de Pedro, dice más de Juan que de Pedro». Vemos las cosas tal y como somos, nos proyectamos en los demás y en el mundo que nos rodea, que no es otra cosa que el espejo que nos muestra quienes somos, cómo pensamos y cómo sentimos. Y como no se puede cambiar el reflejo de algo a no ser que cambies ese algo, pretender cambiar a los demás para que nos gusten o cambiar para gustar a otros, no tiene sentido.

Si lo que vemos fuera no nos gusta, ya sea en los demás o en nosotros mismos, no nos queda otra que cambiar para que el espejo nos devuelva una imagen diferente. «Como es dentro es fuera» y el único reflejo que debería importarnos es el que vemos en nuestro propio espejo, no cómo nos vemos en el espejo de los demás. Si a alguien no le gusta cómo nos vemos en su espejo, ¡que cambien ellos!

¿Qué necesitamos para encontrarnos con nosotros mismos?

Precisamente te encuentras a ti mismo cuando la imagen que te devuelve el espejo te gusta: tu «yo real» coincide con tu «yo ideal», es decir, eres quien quieres ser.

Ese ajuste o solape entre ambos «yo» es el autoconocimiento, algo que parece sencillo pero en realidad no lo es porque hay que saber dos cosas fundamentales: quienes somos y quienes queremos o podemos llegar a ser. Y resulta que no solemos saber ni lo uno ni lo otro.

Tendemos a asumir que lo que vemos en nuestro espejo, ya sea bueno o malo, es culpa de otro, ya sea el gobierno, la escasez de dinero, un jefe despiadado, la falta de oportunidades, el lugar donde hemos nacido, las circunstancias, la suerte o la maldad en el mundo. Aparecen responsables de nuestra situación por todas partes («la vida me ha hecho así»), y nos convertimos entonces en meras víctimas o títeres que luchan por sobrevivir en un entorno incierto que solo puede cambiar cuando algo externo a nosotros así lo dictamine. En esas circunstancias, poco margen de autoconocimiento hay porque somos simplemente el resultado de algo que viene de fuera.

Hay que dejar de lado, por tanto, el victimismo, ¿no?

Las personas que viven en estado de supervivencia y victimismo no tienen ninguna necesidad de conocerse. ¿Para qué? ¿Para buscar culpables? ¿Para regodearse con su sufrimiento? No tendría ninguna utilidad y por eso no se sienten atraídos por el camino del autoconocimiento.

Así piensa Brianne al empezar su viaje, lamentándose por sus circunstancias y atormentada por las infidelidades de su marido. Sin embargo, a lo largo de su camino y gracias a las enseñanzas de las personas con las que se encuentra, se va dando cuenta poco a poco de que todo ha sido resultado de su falta de amor propio, de no saber poner límites, de aceptar menos de lo que merecía…

Y las personas que como Brianne, sabemos que lo que vivimos cada día es una proyección de quienes somos, y que todo ello es el resultado de nuestras decisiones y nuestros actos, consecuencia a su vez de nuestras emociones y, en ultima instancia, de nuestros pensamientos y creencias. Sentimos la necesidad de saber cuáles han sido esos pensamientos o ese patrón mental que nos ha llevado a ser quienes somos y tener lo que tenemos.

Porque si nosotros hemos creado nuestra realidad a partir de nuestros pensamientos, también podemos cambiarla. Solo tenemos que reprogramarnos con los pensamientos adecuados para conseguir una realidad a medida. Y es entonces cuando empieza nuestro camino de autoconocimiento enfrentándonos a un abismo indescriptible al sabernos dioses todopoderosos capaces de manifestar realidades tan solo pensándolas, como el genio de la lámpara concediendo deseos.

Saber que lo que pidamos se va a cumplir nos genera miedo y angustia porque cae sobre nosotros una tremenda responsabilidad, no solo con los demás sino con nosotros mismos, que entendemos que nuestro potencial es infinito y podemos conseguir todo lo que queramos.

Todos somos Ferraris, tan solo tenemos que salir del garaje y emprender nuestro camino hasta encontrarnos…

Sobre la autora

Mónica Vicente (Barakaldo, 1974) es licenciada cum laude en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad del Nordeste (Boston) y por el ICADE (Madrid). Cuenta, además, con estudios en bellas artes y ciencias políticas, habla con fluidez varios idiomas y es máster en Finanzas y Marketing Internacional.

Gracias a su carácter emprendedor, Mónica Vicente es también una reconocida empresaria e influencer en YouTube y en las redes sociales. Ella y sus hijos, Lady Pecas y The Crazy Haacks, acumulan más de diez millones de suscriptores en YouTube, más de tres mil millones de reproducciones de vídeo y han vendido más de seiscientos mil ejemplares de sus libros de ficción infantil, de los cuales Mónica es autora.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación