Por qué estás más hinchada después del verano y cómo puedes combatirlo

No es recomendable restringir, ayunar, ni compensar, simplemente volver a retomar hábitos

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S. Palacios

En verano salimos de nuestra rutina diaria, y eso implica alejarse de nuestro entorno, trabajo y comida habitual. Fuera de casa intentamos ser lo más felices posible, lo que incluye comer y beber todo lo que nos apetezca.

La doctora Pilar Martín, especialista en Endocrinología y experta en diabetes, obesidad y en patología tiroidea y miembro de Top Doctors, considera que esta búsqueda del placer y de lo que entendemos por el 'buen vivir', comiendo en restaurantes y locales diferentes y saliendo de esa cotidianidad tiene su vertiente oscura: «Se ingieren más guisos de carnes, mariscos, fritos y rebozados que, al tener más calorías, nos harán ganar más grasa corporal».

«Además, esos alimentos suelen tener mucha sal, con lo que el riñón retiene agua para compensar ese cloruro sódico ingerido», señala Martín. Si a esto le añadimos una mayor ingesta de alcohol, disminución de la actividad física y una alteración de las disciplinas corporales del día a día laboral, el resultado es el aumento de peso y una sensación de hinchazón .

Para disminuir la hinchazón o el malestar, Mariola Jiménez, dietista-nutricionista en el centro Júlia Farré , indica que suele ser suficiente con volver a nuestra rutina y horarios habituales . «Comer comida casera, ajustar los horarios, cenar más temprano, recuperar el ritmo intestinal…».

Es fundamental –recuerda Jiménez– prestar atención a los hábitos a la hora de comer, especialmente, a masticar correctamente, comer lento y pausado y atender en la medida de lo posible a nuestras señales de hambre y saciedad para no comer en piloto automático y por inercia.

Nos puede ayudar intentar comer, a ser posible, alimentos que sean lo más parecido a los que tomamos en casa. Y por supuesto que abunden los vegetales, cocciones sencillas (plancha, hervido, vapor…), con una buena fuente de proteína (carnes, pescados o legumbres) que nos aporten saciedad. «No es recomendable restringir, ayunar, ni compensar, simplemente volver a retomar hábitos», explica la nutricionista.

Alimentos a evitar

Acero manifiesta que, por el contrario, algunos alimentos contribuyen al desarrollo de la inflamación. «Este es el caso de los productos ultraprocesados, altos en grasas saturadas o con alto índice glucémico». También desaconseja las carnes rojas, edulcorantes, ciertos aditivos alimentarios, azúcares refinados y harinas, así como la cocción agresiva (fritura, barbacoa...), que tiende a degradar los nutrientes y generar toxinas.

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