Los vecinos urgen el cierre del botellódromo de Granada

Servilletas entre los coches, olores, palillos en los timbres del interfono de los portales, y coches bollados tras sesiones de baile improvisadas sobre sus techos. Son los rastros que cada mañana, de jueves a domingos, dejan los jóvenes que beben en el botellódromo de Granada tras noches en las que no dejan dormir a los vecinos.

Sus representantes en la plataforma contra el botellódromo urgen al Ayuntamiento de Granada que cierre este recinto antes de lo cual se creará un comité de expertos que planteen soluciones alternativas de ocio para los chavales.

Según ha explicado Manuel Romero, un vecino de la zona, a las 7.30 de la mañana de este viernes seguían merodeando algunos usuarios, ebrios, mientras los trabajadores de la limpieza se afanaban ya en retirar bolsas de basura acumuladas.

Los servicios de mantenimiento y seguridad se han reforzado en los últimos meses en el entorno.

Aún así, el problema sigue ahí hasta que «nos lo quiten», ha indicado Romero que ha agradecido el apoyo que le han expresado todos los partidos granadinos, todos menos Podemos, según ha especificado.

Ha sido durante una visita al barrio del grupo municipal de Ciudadanos que puso el cierre del botellódromo como condición para apoyar el presupuesto municipal del Gobierno de José Torres Hurtado (PP) mientras que estuvo vigente el acuerdo entre ambos partidos, ahora suspendido por un posible caso de prevaricación que afecta a la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto.

El portavoz de Ciudadanos, Luis Salvador, se ha mostrado convencido, en cualquier caso, de que en los próximos días se activará el comité de expertos sobre el botellódromo para el que se barajan nombres como el del juez de Menores, Emilio Calatayud, o el director de Proyecto Hombre en Granada, Manuel Mingorance.