Cultura

José Calvo Poyato: «A Elcano se le olvidó injustamente; el gran protagonista de la vuelta al mundo fue él»

El novelista cierra con ‘La travesía final’ un ciclo que abrió con ‘El viaje infinito’ y en la que relata las casi inéditas aventuras del marino a su regreso de la primera vuelta al mundo

José Calvo Poyato, con un ejemplar de su libro 'La travesía infinita' Felipe Osuna

Félix Ruiz Cardador

El escritor egabrense José Calvo Poyato vuelve a echarse a la mar con ‘La travesía final’ (Editorial Harper Collins). En esta novela retoma el personaje histórico de Juan Sebastián Elcano, el legendario navegante vasco que ya fue uno de los protagonistas de ‘El viaje infinito’, su anterior novela, uno de los grandes éxitos literarios de España en 2020 y en la que relataba con prosa vibrante la primera vuelta al mundo .

Ahora se acerca el historiador y escritor, colaborador de ABC, a los años menos conocidos del marino de Guetaria, los que comienzan tras la gesta de la circunnavegación que lo hizo célebre. En la obra también comparece el agitado contexto de su tiempo, con las tensiones que seguían entre España y Portugal y las crecientes refriegas de Carlos I con la Francia de Francisco I. ‘La travesía final’ comienza en Valladolid , un mes después del final de la primera vuelta al mundo y con Juan Sebastián Elcano como gran protagonista, al que un alguacil lo llama a declarar ante el juez.

¿Cómo fue la vida del Elcano tras acabar la gesta?

La novela empecé a escribirla con la idea de responder a una pregunta: ¿qué ocurre con Juan Sebastián Elcano tras la primera vuelta al mundo, en la que fue una figura de referencia? Es algo que a lo que no se ha prestado mucha atención y podría parecer que la tierra se lo hubiese tragado tras aquel viaje. Pero no, Elcano era un hombre que había ganado un prestigio importante y que tenía una serie de deseos que luego no se hicieron realidad. Al menos no del modo que él esperaba.

¿Cuáles eran esos objetivos?

El emperador, una vez le comunicó la gesta conseguida, le concedió un escudo en el que decía ‘Primus circumdedisti me’. El primero que me rodeaste. Eso lo que constata es que la primera vuelta al mundo no es de Magallanes , que murió durante el viaje, sino de Elcano. Le concedieron una pensión de 500 ducados , que era una cantidad importante en esa época, y él quería un hábito de la Orden de Santiago , una distinción muy prestigiosa en la sociedad de su tiempo, y que no le conceden. Más allá de ello, su gran ilusión era navegar como almirante. Y al final lo consiguió, pero de qué forma. Desde luego, no de la que él pensaba.

¿Cómo era visto Elcano tras el viaje? ¿Lo veían como un héroe?

La documentación histórica confirma que era un hombre de mucho prestigio en esa época. Sabemos que Elcano tenía un hijo y una hija de dos mujeres diferentes y con ninguna de ellas se casó. Con la moral del siglo XIX y de buena parte del XX y esas circunstancias personales hubiese sido una persona poco considerada, pero en el XVI eso se vivía de una manera diferente. Elcano formó parte en esos años de una delegación española muy importante para negociar con los portugueses sobre la propiedad de las las islas de las Especias. Eso sucede en el contexto de una serie de tensiones muy fuertes entre los imperios hispano y lusitano, que habían firmado a finales del siglo XV el Tratado de Tordesillas , en el que se repartían el Nuevo Mundo. Participaron geógrafos, cosmógrafos, navegantes y pilotos en una doble reunión que tuvo lugar en Badajoz y Elvas. Estuvieron el cordobés Hernando Colón , hijo de Cristóbal Colón; el cartógrafo Juan Vespucio, hermano del prestigioso Americo Vespucio, o el cosmógrafo Diego de Ribeiro. Por parte de Portugal, Lopes de Sequeira, Lopo Homem o Reinel. Elcano está ahí porque pertenece a esa elite de la época.

«Si la vuelta al mundo la hubiese dado un inglés o un francés serían héroes. Hay que valorar nuestra Historia»

Pero su sueño no era la diplomacia ni esas largas y eruditas reuniones sobre el reparto del mundo sino, como buen marinero, navegar...

Claro, y es en ese momento cuando se plantea enviar una nueva escuadra a las islas de las Especias . El objetivo era consolidar la nueva ruta y el dominio de Carlos I . Lo curioso de esa escuadra es que no va a salir de Sevilla, lugar de donde partían y al que llegaban los barcos a través de la Casa de la Contratación. Salen de La Coruña , donde se crea la menos conocida Casa de la Especiería, pues el emperador había decidido que los barcos hacia la islas de las Especias salieran de allí. En el viaje participan siete barcos y la comanda el capitán general García de Loayza . ‘La travesía final’ cuenta todos esos episodios, esa preparación, esos deseos de hacerse almirante y cómo lo logrará de una forma muy particular. Pero discurre desde 1522 a 1526 y ahí suceden otras cosas muy importantes, por lo que también aparecen esas tensiones por las islas de las Especias, que contrastan con las alianzas que forman España y Portugal a través de matrimonios como el de Carlos I con Isabel de Portugal , una mujer bellísima según la retrató Tiziano y que va a tener un gran protagonismo. También los turcos se han apoderado en esos años de la Isla de Rodas , donde estaban los Caballeros de la Orden de San Juan, a los que luego se les concede la Isla de Malta , de la que nace la orden de Malta y que dará pie pasados los siglos a una novela emblemática del género negro como ‘El halcón maltés’, de Dashiel Hammet. Por último, Francisco I de Francia, frustrado por el nombramiento de Carlos I como emperador, va a la guerra y se producen en esos años batallas como la Pavía, en la que cae prisionero y lo llevan a Madrid. Elcano es el gran protagonista de esta novela, pero en realidad están ocurriendo muchos momentos importantes que aparecen en el texto.

¿De qué documentos originales se ha valido para trazar estos años de Elcano?

Tenemos por ejemplo la carta que le escribe a Carlos I nada más llegar a Sanlúcar de Barrameda tras el viaje y cuando el Rey les llama, que es el final de ‘La ruta infinita’. También, por denuncias que pesaban sobre él, tiene que comparecer ante el juez de la Chancillería de Valladolid Santiago Díez de Leguizano, que le pregunta por el viaje y las cosas que han pasado. Ahí se puede ver su perfil. También están las Reales Cédulas de Carlos I. Elcano le pide por ejemplo al emperador disponer de escolta porque su vida está en peligro y Carlos I le otorga esa protección y le da licencia para ir acompañado por gente con armas, algo que por entonces no se podía hacer sin autorización. Hay muchas preguntas posibles. ¿Por qué se siente amenazado Elcano ? ¿Por miembros de la familia de alguna de las mujeres con las que ha tenido hijos sin casarse? ¿Por conocer una ruta tan importante, un secreto por el cual podía interesar su eliminación? Tenemos por último su testamento, que nos habla de sus creencias y sus relaciones sociales . De ahí sabemos lo de sus hijos con María Vidaurreta, que era de Valladolid y con la que tuvo una niña, y de María de Ernialda, de Guetaria como él y madre de su hijo Domingo.

«Elcano era un hombre que había ganado un prestigio importante y que tenía una serie de deseos»

¿Que papel cree que juega en su obra narrativa este díptico marinero, distinto por su temática a sus obras precedentes?

Ya traté el tema marítimo en ‘Los galeones del Rey’, pero de forma más ligera. En ‘El viaje infinito’ y ‘La travesía final’, aunque hay más cosas, lo fundamental es que son dos aventuras marítimas. De todos modos, creo que hay continuidad con ideas importantes que laten en algunas de mis novelas, como la de reivindicar algunos personajes de nuestra Historia a los que no se ha hecho justicia. Eso pasaba con Jorge Juan , que protagonizó ‘El espía del Rey’, o ahora con Elcano. En el caso del marinero, le han hecho daño el diario del viaje del navegante italiano Antonio Pigafeta , que ni lo nombra por enemistad, y el libro de Stephan Sweig sobre Magallanes. Yo he querido dejar claro en estas novelas que el gran protagonista del viaje fue él. Otro propósito que está en estas obras es dar a conocer acontecimientos de nuestra historia que consideramos cosas vulgares sin serlo. Si la vuelta al mundo la hubiese dado un inglés o un francés serían héroes. Creo en definitiva que hay que poner en valor nuestra Historia, porque se pone más el foco en aspectos negativos como la Inquisición o el cainismo. Hay algo cierto en eso, pero también en nuestra Historia existen muchos momentos brillantes que se deben poner en valor y desde la escala de valores de la época. Tenemos que situarnos en el momento en el que ocurren los hechos para entenderlos bien. Por ejemplo, la gran religiosidad que muestra Juan Sebastián Elcano en su testamento es algo que no podemos entender desde una sociedad como la actual, más laica y material. Tampoco los valores que movían a las personas son los mismos ahora que entonces, sino muy diferentes.

¿Ha sido para usted una vía de escape la redacción de esta novela marinera en plena pandemia y confinamiento?

La pandemia es verdad que ha alterado nuestras vidas y sigue alterándolas, aunque yo soy de los que tienen una fe extraordinaria en la vacuna y confío en que vayamos saliendo de esta situación poco a poco. Es cierto que una parte de ‘La travesía final’ la he escrito en los meses de confinamiento o cuando nuestras posibilidades estaban muy limitadas. Ha supuesto para mí la posibilidad de hacer lo que hubiese hecho de todas formas, pero también, claro, un escape en una situación excepcional.

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