NI CASO

A los socialistas valencianos ya no les compra nadie. Y lo peor de todo es que pasan los años, los lustros y las décadas, y continúan siendo los máximos candidatos para ocupar esa cómoda y desmoralizante bancada de la oposición.

Esta misma semana la Fiscalía de Torrevieja ha solicitado el sobreseimiento, es decir, el archivo, del denominado caso móviles. La histriónica utilización de este caso por parte de un PSOE roto y deshilachado por los cuatro costados no les ha dado el fruto que esperaban. Mucho ruido y pocas nueces. Después de salir en las televisiones hablando de un claro ejemplo de malversación de caudales públicos resulta que el fiscal del caso ha decidido que se debe dar carpetazo. Que una cosa es hacer un mal uso de un teléfono público y otra bien distinta es intentar dar a entender que se ha cometido un delito.

Acostumbrados a ir a los juzgados como el que va al súper a comprar el pan y la leche de cada día, los socialistas piensan que van a salir airosos y lograr por eliminación lo que no han conseguido durante más de un cuarto de siglo en las urnas. Y claro, después pasa lo que pasa. Se encolerizan hasta tal punto que sacan a relucir lo peor del ser humano. Intentan amedrentar, chantajear e intimidar a través de los medios de comunicación al juez de turno que tiene que dictaminar si archiva el caso. Llaman a periodistas para mostrar con vehemencia su indignación sin pensar ni un instante que las decisiones judiciales deben acatarse y, por supuesto, respetarse. Pero no, para ellos la justicia sólo es justicia cuando les da la razón. En caso contrario, nos encontramos sobre una extraña nube negra que pulula por el Palacio de Justicia de Torrevieja y lo que se debe hacer, sí o sí, es condenar a muerte o, en su defecto, a cadena perpetua a los implicados en este tema. Son los talibanes de la política española. No aceptan una derrota en los juzgados porque para ellos del centro a la derecha todos son unos fachas retrógrados y delincuentes en potencia.

Así les va. Sin embargo, hace apenas un año un caso similar ocurría en la localidad de Redován, también en la Vega Baja, en donde concejales del PSOE hicieron un mal uso de sus teléfonos móviles. Ni un solo socialista de la comarca dijo esta boca es mía. Nadie pidió responsabilidades políticas ni se expulsó a las implicadas en el caso. La sempiterna doble vara de medir de un PSOE que vuelve a dar síntomas de querer ocupar los mismos asientos de la bancada de la oposición.