lavozdigital.es
nuboso
Hoy 5 / 18 || Mañana 7 / 16 |
más información sobre el tiempo
Estás en: >
«Las presiones no influyeron, pero tuvieron un coste personal»
Actualizado: 9:53

Entrevista a Javier Gómez Bermúdez

«Las presiones no influyeron, pero tuvieron un coste personal»

10.03.14 - 09:53 -
«Las presiones no influyeron, pero tuvieron un coste personal»
Javier Gómez Bermúdez, expresidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y juez del 11-M. / Jaime García

Dos tomos de tapa azul descansan en la mesa del despacho de Javier Gómez Bermúdez, (Álora, Málaga, 1962). Es la sentencia del sumario 20/04, la del 11-M. El proceso que juzgó como presidente, del que fue ponente, y que marcó para siempre su carrera. Han pasado diez años de los atentados y este magistrado de mirada firme y carácter fuerte vuelve a rememorar aquella experiencia que le transformó.

PREGUNTA: ¿El 11-M ha sido el juicio más duro de su vida?

RESPUESTA: Más duro y más difícil. Por la tensión, por lo que el tribunal estaba ventilando allí. Fue muy complicado gestionar un montón de intereses. Las víctimas, los acusados, la opinión pública. La expectativa era tremenda porque el país estaba dividido.

-¿Preparó de alguna manera la vista oral?

Tratamos de no improvisar. Teníamos unas pautas de comportamiento y previmos escenarios, como la huelga de hambre de algún procesado. Eramos tres magistrados en el tribunal con experiencia y sabíamos que en la justicia cualquier factor cambia todo.

-¿Cuántas veces se ha leído la sentencia?

Ni una. Me la sé de memoria. ¿Para qué la quiero leer? Tenga en cuenta que tuvimos una deliberación profunda, horas y horas, en la que meditamos mucho y hubo que limar la redacción farragosa.

-¿Cambiaría algo de los 600 folios?

Todo es mejorable. La sentencia también. Solo cambiaría la argumentación para demostrar que alguna persona que fue absuelta por el Tribunal Supremo en realidad era algo más que un mero individuo que pensaba en términos de yihad, y que ahora se ha demostrado como muy peligroso.

-¿A quién se refiere?

Estando absuelto no me parece apropiado dar nombres. Pero hay dos, uno muy conocido porque era el dueño de un piso en la calle Virgen del Coro de Madrid que acogió a varios condenados (se refiere a Mohamed Almallah Dabas) y otro que dejó manuscrito su odio hacia Occidente y su deseo de criminalizar todo lo antiislámico (Basel Ghalyoun).

-En el juicio caló su imagen firme con los acusados, ¿se identifica con esa forma de ser?

No me gustó todo lo que hice, hubo excesos, pero tenga en cuenta que ocho horas diarias durante semanas no eres capaz de controlar el matiz, sí el fondo, pero no el matiz. Por eso no estoy satisfecho con el trato que le di a Rafa Zohuier (condenado a diez años) o a algún abogado como Endika Zulueta (defensor del absuelto Osman el Sayed, 'El Egipcio).

-¿Una vez dijo que recibió presiones «de todo el mundo» a la hora de escribir la sentencia? ¿De quién?

Es algo básico. Cuando tienes una responsabilidad en un asunto que ha divido al país, que se vende como que ha provocado un vuelco electoral y ha cambiado el Gobierno de tu nación, esas presiones son naturales y todo el mundo quería saber por dónde iba el tribunal. Pero el gran triunfo es que nadie supo qué se había resuelto. No hubo filtraciones.

-¿Pero de dónde vinieron esas presiones?

Mire, presiones hubo muchas, pero nosotros no nos dejamos influir. Le repito, fuimos honestos en nuestro criterio. Esto ha tenido, incluso, un cierto coste personal. El juez García Nicolás se jubiló el pasado año y nadie le reconoció nada. Hombre, hay que ser un poco generosos...

La sentencia

-¿Supuso un alivio que el Supremo ratificara el grueso de la condena?

Alivio no, somos profesionales. Estamos acostumbrados a que el Supremo pueda rectificar el criterio jurídico, pero en este caso sí supuso un cierto relax y la satisfacción del deber cumplido.

-¿Se considera maltratado por las teorías conspirativas?

No tengo sentimiento de maltrato. Se me ha insultado, ofendido. Y cuando vieron que conmigo no podían, insultaron a mi familia, a mi exmujer. Esto sí que fue injusto, pero muy propio de España.

-Desmigando la sentencia, ¿sostiene que alguno de los terroristas que murieron en Leganés fue el autor intelectual del 11-M?

Yo nunca he dicho eso. En el derecho penal el autor no es intelectual. Es inductor al delito, cooperador o ejecutor material. Pero el autor intelectual es una categoría inexistente. Es probable que entre los siete suicidas de Leganés hubiera gente muy importante que podía haber facilitado el atentado. Allí estaba Alekema Lamari o Serhane 'El Tunecino'. Dos líderes a los que se les respetaba por su superior criterio en un entramado sectario, como son estas células.

-¿Conoce la tesis del experto en yihadismo Fernando Reinares que afirma que el atentado se ideó en Pakistán?

Esto es ajeno al juicio. Dicho esto, Amer Azizi (el presunto instigador del 11M, según Reinares) era un yihadista reconocido, pero no tengo un dato fiable de que él o cualquier miembro de la Al-Qaida ordenara el atentado. Lo cierto es que Azizi tenía influencia sobre los yihadistas españoles y pudo haber alentado un atentado, pero que hubiera ordenado el 11-M.¡no no, en absoluto hasta que me lo demuestren! (se cree que Azizi, en busca y captura, falleció en Pakistán en 2005 tras un ataque selectivo de la aviación militar de Estados Unidos).

-¿Por qué el «descontrol» de explosivos en Mina Conchita, advertido hasta cuatro veces a las fuerzas de seguridad, no tuvo consecuencias penales?

Porque no hubo intencionalidad. Una cosa son los errores o la falta de control o simplemente no enterarte, y otra es que tú lo hagas conscientemente. Es falso suponer que las fuerzas de seguridad permitieron, ni por activa ni por pasiva, la salida de ese explosivo. Simplemente salieron porque los controles no eran correctos.

-¿Se ha reunido con las víctimas en todo este tiempo?

Desde que no soy presidente de la Sala de lo Penal, no. Pero mi relación personal será siempre la misma; jamás he dicho una palabra en contra de las víctimas, ni las que son favorables a mi pensamiento ni las contrarias. Todas se merecen como mínimo compasión, sentir el dolor que ellas sienten.

-¿Y verlas desunidas en estos diez años, es un síntoma de las dos 'españas' de la que hablaba?

Cuando una persona sufre un trauma como que le maten a un ser querido o quedar mutilado tiene derecho a pensar lo que le dé la real gana.

El recuerdo

-¿Ha pasado por los escenarios de los atentados?

Los conozco todos. Pero después de la sentencia, que conste. No quería que me influyera algún factor externo. Lo he hecho como un ejercicio de psicología relajante. De decir, es increíble que aquí donde unos viajeros disfrutan de un tren magnífico unos asesinos mataron a un montón de conciudadanos. Son lugares donde hay trozo muy importante de la historia de España.

-Durante el juicio era el presidente de la Sala de lo Penal y ahora no, ¿ha salido mal parado del 11-M?

Personalmente he crecido mucho desde aquello y esto es lo que me interesa. Esto es trabajo y el trabajo no depende de ti. Mis órganos de gobierno (el Consejo del Poder Judicial) decidieron que no merezco nada más que estar en este puesto.

-Pero tendrá algún horizonte, ¿quizá llegar al Supremo?

Me gustaría, claro, pero hace tiempo que perdí ese concepto de la ambición. Simplemente no me importa. Mi vida ya no depende de mi trabajo. Hace diez años, sí.

-¿Ha cambiado?

Sí, soy una persona muy feliz o razonablemente feliz, para no ser maximalista.

-¿Siente que algún compañero de sala le ha dejado de lado?

Quiero mucho a mis compañeros, pero no me sentía cómodo estando allí después de ocho años de presidente. Ellos me conocen. Saben que soy raro, pero me siento querido.

-¿Se va a postular a presidir la Audiencia Nacional?

No, no le he pedido entre otras cosas porque ya está dado. Es una forma peculiar en España de hacer los concursos. Antes de acabar el plazo ya sabemos quién será el elegido.

-¿Me lo podría adelantar?

No, que lo hagan los candidatos. Pero es vergonzoso. Para renovar la presidencia de la sala yo participé de un sistema, lo acepté y ese sistema me expulsó (eligieron a Fernando Grande-Marlaska). En mi caso yo no estaba predeterminado. Pero para la presidencia de la Audiencia sí lo está. (Para el puesto suenan Juan Carlos Navarro, presidente del TSJ de Canarias, y Juan Pablo González, juez de enlace en Francia).


lavozdigital.es

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.