¿Está a punto de ganar la guerra Al Assad?

La inminente caída de Alepo y de los bastiones rebeldes cercanos a Damasco sentenciaría a los rebeldes prooocidentales

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Una semana después de la ofensiva terrestre y aérea de Damasco contra la ciudad de Alepo -lanzada mientras se desarrollaban en Ginebra las conversaciones de paz- la excapital económica de Siria está muy cerca de caer en manos del régimen de Bashar al Assad y, con ella, las esperanzas de la oposición rebelde apoyada por Occidente y los países árabes. Diversos analistas militares citados por las agencia de prensa y los medios norteamericanos coinciden en que, después de cinco años de guerra civil, la victoria de Al Assad está al alcance de la mano. Solo podría evitarla una intervención terrestre en favor de los rebeldes, o un envío masivo de ayuda militar norteamericana o europea.

Ninguna de esas dos posibilidades es realista.

La Casa Blanca solo contempla a fecha de hoy la posibilidad de un lanzamiento masivo de ayuda humanitaria en favor de los 350.000 civiles aprisionados aún en Alepo, y de las decenas de miles que se concentran en su huida en la frontera con Turquía. Europa está solo preocupada por frenar el éxodo masivo de emigrantes sirios por el Egeo. Una victoria de Al Assad en la guerra sería, a largo plazo, un modo de "satisfacer" a los europeos, con un altísimo precio en vidas de civiles en el corto plazo.

Si cae Alepo, la suerte de los rebeldes prooocidentales está echada. Sus bastiones en el entorno de Damasco están siendo también sistemáticamente conquistados por la ofensiva del ejército sirio, con el apoyo de la aviación rusa y la ayuda de milicianos iraníes y libaneses de Hizbolá. La única fuerza rebelde no islamista que mantiene su fuerza es la kurda. Pero solo parece interesada en enlazar los tres cantones de su administración -Afrine, Kobani y Jaziré- para proclamar en su momento un estado independiente. En el oeste las fuerzas de Daesh ya proclamaron en su día el califato yihadista, y mantienen la esperanza de que la aviación rusa siga teniéndoles al margen.

Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y -a media voz- Turquía insisten ahora en su interés por enviar tropas a Siria en auxilio de los rebeldes. Pero sin el concurso y el liderazgo de Estados Unidos sus declaraciones son un brindis al sol.

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