La Navidad laica de Starbucks

Si como dejó sentenciado Aristóteles en el equilibrio está la virtud, hay veces en que las batallas sobre asuntos religiosos o tradicionales demuestran que los más ruidosos tienden a pasarse de frenada. La nueva campaña navideña de Starbucks, la compañía que ha llenado las ciudades del mundo de cafés con acceso gratuito a conexión wifi repite sus tradicionales vasos de cartón rojos de estas fechas, pero ha renunciado a otra tradición, la de las alusiones a la celebración pascual. Esta vez, ni mensajes ni dibujos navideños, con el conocido logotipo verde como único adorno sobre el fondo rojo fuerte.

En la era de las redes sociales, que en Estados Unidos se convierten a menudo en campo de batalla, ha faltado tiempo para que Joshua Feuerstein, un radio y telepredicador que suma en Facebook casi dos millones de seguidores, colgara un vídeo con la frase acusatoria de que «Starbucks suprime la Navidad de sus vasos porque odian a Jesús».

Después de diez millones de visitas, su mensaje se ha convertido en tendencia en la popular red social. Un éxito viral, acompañado de la etiqueta #MerryChristmasStarbucks, al que se han sumado las más variadas críticas contra uno de los negocios más prosperos de la hostelería estadounidense. Además, Feuerstein sugiere a sus seguidores que cuando acudan a consumir la bebida y los empleados le pregunten su nombre para personalizar la taza, como es costumbre en el servicio, le pidan anotar un claro y contundente Merry Christmas (Feliz Navidad). Al menos el telepredicador se modera en su propuesta de castigo y no llama directamente al boicot de los establecimientos.

En la pelea dialéctica suscitada, también en Twitter, son ejército los partidarios y los detractores de la decisión de la compañía, pero la mayoría no llega a la furia de Feuerstein ni al laicismo que exhiben otros de cuestionar que las tazas deban llevar alusiones navideñas, como si no fuera el origen y el motivo de la celebración.

Starbucks viene ofreciendo sus célebres spice lattes, caramel macchiatos o capuccinos de tres tamaños en esos llamativos vasos rojos desde las Navidades de 1997, aunque es la primera vez que decide suprimir toda referencia a la celebración pascual. En su descargo, el vicepresidente de diseño y contenido de la compañía que cotiza en el Nasdaq, Jeffrey Fields, asegura que «la única intención que nos ha movido es la ser más abiertos e integradores».

Está por ver si no se vuelve contra Starbucks su más que segura pretensión de obtener más ingresos con una decisión de marketing, tan legítima como el malestar que sentirán algunos de sus clientes, en un país en que la tradición navideña se vive intensamente.

En su página web, en la que se puede leer una amplia y detallada explicación a la que se ha visto obligada la compañía, los demás argumentos tienen que ver con cuestiones técnicas: «Si en el pasado contábamos historias con nuestro diseño, esta vez hemos planteado unas Navidades con un diseño puro que se abre a todas nuestras historias».