Jaime Ostos: «Cuando El Cordobés trate a su hijo, le cogerá cariño»

El diestro de Écija le echa un capote a Manuel Díaz en su demanda contra Manuel Benítez

Madrid Actualizado: Guardar
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El torero Jaime Ostos sabe lo que es revolverse contra una demanda de paternidad y, tras la evidencia, no quedarle otra que aceptar la realidad. Hace más de 20 años, Ostos pasó por una situación similar a la que está viviendo su amigo Manuel Benítez «El Cordobés», tras la demanda interpuesta por Manuel Díaz para que sea reconocido como hijo suyo. En el caso del diestro de Écija, se le adjudicó la paternidad de una joven llamada Gisela, una vez que la madre, Aurora Díaz, contara su historia de plató en plató. Ostos, por su parte, comenzó negándolo todo cada vez que se le presentaba la oportunidad. Aseguraba que «difícilmente puede ser mi hija, cuando no he tenido ninguna relación íntima con su madre.

Debo reconocer que la conozco, porque era la pareja de un amigo. Pero no ha existido nada entre nosotros».

De poco le sirvieron sus reiteradas negativas. A Ostos se le reclamó por vía judicial unas pruebas de paternidad. Se negó a hacérselas argumentando que «si esa señora no puede justificar que yo soy el padre de su hija, yo no tengo porqué someterme a esas pruebas». Finalmente, sin test de ADN, se dictaminó en favor de las demandantes (Ángela y Gisela) y la joven comenzó a llevar los apellidos de su padre.

En la actualidad, las relaciones en el triángulo Ostos-Ángela-Gisela han cambiado mucho con respecto al pasado. La madre y la hija apenas se hablan. Al parecer, Aurora Díaz, que tiene seis hijos de diversas parejas, está atravesando una complicada situación económica. Muy diferente es el trato entre Gisela y Jaime Ostos: tras largo tiempo sin tener contacto alguno, desde hace cuatro años mantienen una relación excelente. Hoy Jaime Ostos nos cuenta cómo es.

-Usted tiene experiencia en estas faenas. ¿Qué opina del caso de El Cordobés?

-Si un juez dice blanco, será blanco; y si dice negro, será negro. No existe el gris. Después, cada persona puede pensar lo que quiera. Pero lo que diga el juez hay que aceptarlo.

-En su caso se negó a someterse al test de ADN y, por ello, se le adjudicó la paternidad de Gisela.

-El juez decidió que llevara mis apellidos y hasta ahí llegó la cosa.

-¿Le afectó de algún modo aquella decisión de no someterse a las pruebas de paternidad?

-En absoluto. Aquello no alteró en nada mi vida, mi forma de ser, mi familia... Para mí todo sigue igual.

-¿Qué relación tiene con Gisela?

-Ahora tengo una relación fluida con mi hija. La veo con frecuencia. Y mi familia, también.

-¿Por qué este cambio tan radical?

-Porque creo que no se puede jugar con la ilusión de una persona. Y esto que me ha pasado a mí, le pasará a Manuel Benítez. Todo depende de tu conciencia y tu tranquilidad. Lo que valoro ahora es a la persona que es mi hija.

-Entonces, ¿el trato con ella es el de una hija o el de una amiga?

-Nuestra relación es normalísima. Y estoy siempre a su disposición cuando ella quiera. Mira, hay quien se adapta a un hijo y no es su hijo, y siempre te puede quedar la duda de si es o no. Ella, para mí, es mi hija.

-¿Le ha sorprendido el caso de El Cordobés?

-No, porque yo he pasado por esa transición. En el momento en que tenga trato con Manuel Díaz, le encantará, le cogerá cariño. Todo el mundo al principio se niega a reconocerlo, pero el tiempo deja todo en su sitio. Y no puedes jugar con los sentimientos de una persona.

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