Cotarelo siempre ha sido muy crítico con Podemos
Cotarelo siempre ha sido muy crítico con Podemos - ISABEL B. PERMUY
Parte I

Cotarelo: «En Podemos son comunistas»

El catedrático de Ciencia Política y maestro de los Iglesias, Monedero y Errejón confirma a ABC que la estrategia política de la formación morada responde a una operación de camuflaje de su verdadera ideología para no asustar al electorado

-Madrid Actualizado: Guardar
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Cuando habla, sube el pan, especialmente del que comen en Podemos. Con eso vive Ramón Cotarelo (Madrid, 1943), catedrático de Ciencia Política en la UNED y uno de los pocos hombres que, aún hoy, viste sombrero. Quizá es para que no se le escapen las ideas, bastante claras después de una vida que le ha dado para mucho: desde probar la cárcel de Soria, hasta para leer un examen en verso de un Monedero universitario que, años más tarde, se juntaría con otros de sus alumnos, Íñigo Errejón y Pablo Iglesias —a quien Cotarelo ha llegado a tildar como «narcisista» y «tonto»— para crear Podemos.

Los discípulos, ya convertidos en maestros, son los líderes de la formación morada y, con permiso de Alberto Garzón y Julio Anguita, jefes de filas de la coalición Unidos Podemos.

Les conoce bien y por eso, apenas unos días después de que Iglesias defendiera ante los empresarios que su partido «es socialdemócrata», Cotarelo baja el tono y con una frase hace añicos aquello: «No son socialdemócratas, no. Son comunistas».

Acto seguido relaja la tensión del momento mientras se apoya sobre el respaldo de su silla. El tiempo vuelve a correr y, con tono socarrón, confirma algo que no todo el mundo ve pero que es evidente para alguien con su bagaje. « Diciendo que son socialdemócratas no sólo pretenden engañar a los empresarios, entre otras cosas porque no hay quien les engañe, sino que responden a una tradición de evolución (del comunismo) cuyo objetivo es mantener el espíritu comunista, sin el nombre, para desplazar a los socialdemócratas y ponerse en su lugar».

«Hacen trampa»

Es de izquierdas. Muy de izquierdas. «¿Acaso hay alguna duda de qué opinión tengo yo del PP?», pregunta y, según explica, quizá sea esa condición la que le haga ser más crítico que nadie con quienes un día fueron sus alumnos. «Siempre eres más duro con los tuyos que con el adversario», se justifica el profesor, habitual en Twitter, uno de los campos de batalla donde ha cargado en repetidas ocasiones contra Iglesias. De él dice que presenta «rasgos caudillistas» y confiesa que también le aconsejó en su día alejarse tanto de la socialdemocracia como del comunismo para «salir adelante» con una iniciativa como Podemos. «Los comunistas no han ganado nunca unas elecciones —vendiéndose como comunistas— y yo creí que se había quedado con la copla, pero parece que no», lamenta Cotarelo.

«Se han unido con los comunistas pero han ocultado el nombre»

«Han hecho una operación de camuflaje. Han vuelto a unirse a los comunistas pero han decidido ocultar el nombre del comunismo», insiste el catedrático, quien considera «legítima» dicha estrategia porque, según detalla, en cierto modo sí son socialdemócratas. En ese momento, la conversación vuelve a poner —metafóricamente— al maestro ante el estrado, con la pizarra de fondo y ante un auditorio atento.

El catedrático durante un momento de la entrevista
El catedrático durante un momento de la entrevista - ISABEL B. PERMUY

«El partido comunista de la URSS empezó llamándose Partido Socialdemócrata Ruso, era socialdemócrata y claro, ellos están autorizados a decir que hablan de aquella socialdemocracia que, en torno a la Primera Guerra Mundial, sin embargo, se dividió en dos partes: una traición el ideal marxista y la otra no», repasa Cotarelo, antes de abordar la clave de la operación de maquillaje de Podemos. «La parte que no traicionó el ideal comunista se llamó comunista y la que sí traicionó, socialdemócrata, por lo que aparece teñida de un sentido de traición a las auténticas esencias del movimiento obrero, por eso ellos pueden decir ahora que son los ‘socialdemócratas de verdad’ —o izquierda verdadera—», suscribe Cotarelo antes de bajar del estrado y, en tono distendido, ironizar un poco al respecto. «Y efectivamente, esto es una trampa, pero hace falta dar todo este rodeo para descubrirla», sentencia sonriente.

«Pablo Iglesias tiene tres padres políticos: Anguita, Monedero y él mismo»

El problema de coherencia aparece, como subraya, en que Iglesias no puede decir que son los socialdemócratas de verdad porque, «no hay una socialdemocracia de verdad, ustedes —por los comunistas y por ende, Podemos— renunciaron a eso y pasaron a ser comunistas». Sin embargo, Cotarelo resalta que hace muchos años que los comunistas «se dieron cuenta de que el comunismo no vende, por lo que progresivamente han ido maquillando el término desde aquel eurocomunismo, hasta ahora, Podemos, pasando por Anguita y su IU. «Él tapó todo el comunismo, pero siguió empeñado en eliminar a los socialdemócratas — véase el PSOE de Felipe González entonces o el de Pedro Sánchez, ahora—.

«Caudillo Iglesias»

Cotarelo habla de que que Iglesias, además de un padre biológico, tiene varios ‘padres políticos’. Cree que uno es Monedero, Anguita es el otro y el tercero sería Pablo Iglesias, pero no el fundador del PSOE, sino él mismo. «Por una serie de circunstancias en la vida, algo le ha hecho llegar a la conclusión de que la salvación de España depende de él y esto es una concepción caudillista de la existencia», comenta Cotarelo, quien no cuestiona la buena fe del cabeza de lista de Unidos Podemos: «No tengo ni la menor duda de que es con la mejor intención del mundo, de hecho muy probablemente todos los caudillos crean que están salvando sus patrias, pero no se puede salvar la patria teniendo el 14,5% del voto».

«El líder de Podemos piensa que la salvación de España depende de él»

Pese a ello, Cotarelo recuerda que «nunca» vio en Pablo esa condición de caudillismo y liderazgo en la universidad, aunque sí que se percató de otros rasgos que, a la postre, han marcado la diferencia: «Vi una persona muy notable, con mucha personalidad y difícil de encajar en los sistemas de pensamiento construidos. Era un caso especial, era él».

Ahora ya no le da clase y también luce, curiosamente, coleta, aunque en este caso menos frondosa y más canosa que la de Iglesias quien, pese a liderar una iniciativa que quedará en los libros de historia por la renovación de la política española que ha supuesto, puede que haya conseguido «engañar» a los empresarios con su discurso pero está claro que, a su maestro, no. Será cosa de las canas. O del sombrero.

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