El oasis de los chollos a pie de playa se convierte en espejismo

La absorción del stock ha provocado que los pisos en primera línea de costa se disparen un 20% en el último año

Madrid Actualizado: Guardar
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El precio de la vivienda está experimentando una progresiva recuperación tras la crisis. La reactivacion económica repercute en el mercado, animando a los españoles a adquirir una vivienda vacacional, generalmente localizada en la costa. Según el informe «Vivienda en Costa 2017», realizado por la sociedad de tasación Tinsa, esta vuelta progresiva de la demanda y la apertura de la financiación están impulsando las subidas de precios en una mayor proporción de municipios que años anteriores. Del mismo modo, desde el portal Pisos.com añaden que en toda la costa española el valor de estas viviendas se ha incrementado de media casi en un 20% en el último año. A pesar de estos números, los expertos advierten que el precio aún está dentro de los parámetros razonables porque «venimos de unos precios mínimos muy bajos en la crisis económica», asegura Manuel Gandarias, director del gabinete de estudios de Pisos.com. Según el estudio de Tinsa, más del 75% de las casas plurifamiliares en primera línea de playa no superan los 4.000 euros por metro cuadrado, mientras que en las viviendas unifamiliares el porcentaje supera el 56%.

La subida de los precios trae como consecuencia la reducción de opciones para conseguir un inmueble por debajo de su valor en primera o segunda línea de playa. Durante los años anteriores de la crisis económica hubo una fiebre del ladrillo, sobre todo en la costa, que motivó una gran subida de precios y una intensa actividad de construcción que derivó, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, en un gran stock pendiente de ser vendido. Este notorio sobrante originó ventas de propiedades con importantes bajadas de precio.

Sin embargo, el director comercial de Tinsa, Pedro Soria, explica que «los `chollos´ que entre 2009 y 2015 salían al mercado de forma recurrente ahora están más limitados porque el stock se ha ido absorbiendo progresivamente». A pesar de que las existencias de viviendas siguen presentes por todo el país –el 21,9% de los inmuebles finalizados antes de 2008 siguen pendientes de venta–, estas opciones de mercado a pie de costa apenas se encuentran ya. «Es más probable que las oportunidades aparezcan en las ubicaciones de mayor concentración de stock» aunque «el stock de obra nueva pendiente de venta en la costa suele ser viviendas en ubicaciones secundarias, no a pie de costa, con características que no se corresponden a lo que busca el comprador», matiza Soria. Algunos municipios costeros de mayor acumulación de existencias son El Vendrell y Amposta en Tarragona; Peñiscola y Benicarló en Castellón; Gancía en Valencia; Mazarrón en Murcia y Ribeira en Lugo.

Pese a que los valores de los inmuebles estén al alza, el momento actual para adquirir una segunda propiedad en la costa «es muy bueno por la menor deuda que hay en las familias y por los tipos de interés tan bajos actuales», espeta Gandarias. Hoy día es mucho más asequible comprar una vivienda en la playa que hace una década: «el precio medio en España es un 40% inferior al de finales de 2007, siendo mucho más notorio el ajuste realizado en la costa», añade Soria. De hecho, los precios actuales con respecto a los de hace un decenio han bajado en más de un 50% en localidades del sur y el este del país como Casares (Málaga), Alcázares (Murcia), Ayamonte (Huelva) o Roquetas de Mar (Almería). Otro indicador que señala la conveniencia de comprar hoy antes que mañana es la activa demanda de los extranjeros, que, según Gandarias, «suelen anticiparse a la llegada de los precios excesivos. Actualmente, el 13,2% de las compraventas de estas viviendas son de extranjeros».

Por otro lado, la subida de precios es relacionada con errores pasados como la creación de una burbuja inmobiliaria, aunque para ambos analistas es casu imposible que esto ocurra a corto plazo. «Para que se produzca una burbuja se necesita una conjunción de circunstancias, entre ellas la abundancia de financiación muy barata y una actividad desbocada. En estos momentos, la concesión de créditos sigue muy contenida, limitada a compradores de solvencia demostrada. Y, por lo que respecta a la actividad, la construcción de nuevas viviendas sigue en niveles muy bajos. Los visados de obra nueva son una décima parte de los que se registraron en 2006», concluye Soria.

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