El proceso de venta de Novo Banco se atasca

La venta de Novo Banco se complica y parece llegar a un callejón sin salida. El candidato mejor situado, el gigante chino Minsheng, no ha presentado aún los avales económicos requeridos y, lo que es peor, si quiere hacerlo pronto deberá encontrar una solución de emergencia.

La razón se centra en la retirada por sorpresa de Haitong Bank, que iba a financiar la operación y ha mostrado a última hora sus dudas sobre la misma. Su propuesta tenía previsto quedarse con el 50% de la entidad que tomó el relevo del Espírito Santo y dispersar la otra mitad entre diversos inversores.

Pero la salida del banquero portugués José María Ricciardi de la cúpula de Haitong ha dado un vuelco al panorama.

La actual gestión, exclusivamente china, no las tiene todas consigo y Minsheng se afana en convencerlos para que vuelvan a la mesa de negociaciones.

De momento, un portavoz del macrobanco asiático ha revelado que, si acaso, un hipotético retorno pasaría por no soportar la operación en exclusiva sino en colaboración con otros socios.

Para colmo, el segundo posible comprador de Novo Banco en liza, el fondo estadounidense Lone Star, dejó claro que sus planes de adquisición caducan el próximo 4 de enero. Además, su oferta se limita a 750 millones de euros.

No puede olvidarse que, cuando quebró el Espírito Santo en 2014, el Estado portugués tuvo que garantizar 4.900 millones de euros para que el sistema bancario no se derrumbara por completo y pudiese plantarse la semilla de Novo Banco.

Por tanto, cualquier cantidad que se sitúe por debajo implicará un coste para las arcas públicas y, en consecuencia, para todos los ciudadanos.

El proceso completo de la venta de Novo Banco deberá estar finalizado para agosto de 2017, aunque el Banco de Portugal ha expresado su voluntad de elegir al comprador de aquí a dos semanas, es decir, antes de que finalice el año.