Antonio Costa, primer ministro portugués
Antonio Costa, primer ministro portugués - REUTERS

La agencia DBRS mantiene de nuevo a Portugal fuera del «bono basura» y evita un segundo rescate del país

Gracias a esta decisión el Estado luso podrá seguir beneficiándose del programa de compras del Banco Central Europeo (BCE)

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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El Gobierno socialista portugués respira tranquilo. La agencia de calificación canadiense DBRS era la única de las cuatro grandes que mantenía la perspectiva en grado de inversión, de manera que ayer era el día D en vista de que se anunciaba su revisión. Y, sí, el 'rating' se mantiene para el país vecino.

Una ola de alivio recorre las filas del gabinete liderado por António Costa, con el ministro de Finanzas, Mário Centeno, como principal beneficiado, pues de otro modo su política económica habría quedado definitivamente en entredicho.

La espada de Damocles llevaba varias semanas pendiendo al otro lado de la frontera, dado que Standard's & Poor's, Fitch y Moody's no se fían del Ejecutivo portugués, sustentado por acuerdos puntuales con el Bloco de Esquerda y los comunistas. Su veredicto no abandona los números rojos, lo que se traduce en la aplicación del concepto de 'bono basura' para Portugal.

El triunvirato de agencias estadounidenses no ha dado tregua a los socialistas, embrollados en un complicado ejercicio de equilibrio para contentar al mismo tiempo al Fondo Monetario Internacional, a Bruselas, a Fráncfort (Banco Central Europeo) y... a sus desconfiados socios izquierdistas.

El panorama, por tanto, sólo pasaba por un mantenimiento de la calificación de DBRS, si Portugal no quería verse en serios apuros. Y es que del 'rating' dependía que el BCE continúe comprando deuda pública portuguesa y sus obligaciones soberanas sigan siendo aceptadas en las operaciones de adquisición de activos. De paso, se perpetúan las operaciones de refinanciación de los bancos, un asunto clave en este momento para que el sistema financiero portugués no se derrumbe.

Además, si los canadienses no se hubieran avenido a respetar los mismos términos todo apunta a que se habría abierto la puerta para un segundo rescate, después del que otro Gobierno socialista (el de José Sócrates) se vio obligado a solicitar en 2011 por valor de 78.000 millones de euros. De momento, se han sorteado los obstáculos, pero en absoluto puede hablarse de solidez. La constante apuesta por los impuestos indirectos parece haberse convertido en la única fórmula que encuentran Costa y Centeno para asegurarse unos mínimos de recaudación.

Preocupación por la banca

Pero, sobre todo, la gran preocupación reside en que la red bancaria muestra una debilidad extrema y está lastrada por la acuciante falta de liquidez y por una sobredosis de productos tóxicos. La primera entidad financiera del país, Caixa Geral de Depósitos, de titularidad pública, se halla en una tensa espera, ya que depende de un informe que precise el montante de la urgente recapitalización que necesita, estimada inicialmente en unos 4.900 millones de euros.

Además, se vislumbra en el horizonte el espinoso asunto de la venta de Novo Banco, firmada resultante de limpiar los activos tóxicos del extinto Espirito Santo. El proceso ha de estar finalizado antes de agosto de 2017, y por ahora el gigante chino Minsheng es el que mejor posicionado parece, aunque aún restan muchos puntos por concretar.

De ahí que la oposición socialdemócrata del ex primer ministro Pedro Passos Coelho hubiese lanzado señales de advertencia a sus sucesores en la cúspide de la Asamblea de la República.

La única buena noticia procedente de este flanco se circunscribe al ámbito privado, pues tiene que ver con el acierto de Millennium BCP a la hora de fusionar sus acciones. Se ha revalorizado un 20% en la Bolsa desde que anticipó que cada 75 títulos suyos pasarían a constituir uno solo, condición imprescindible para que el fondo chino Fosun aceptase hacerse cargo del 30% del banco.

En cualquier caso, la decisión de DBRS no incluye ningún cheque en blanco. Más bien al contrario. Sus responsables han lanzado un serio aviso a Portugal para que no se desvíe de las políticas económicas reformistas, que entran en claro choque con las pretensiones de los dos compañeros de viaje escorados a la extrema izquierda en los que se apoya el gabinete socialista.

Consecuencias

"Si hubiera un paso atrás en el compromiso político-económico y un deterioro en las dinámicas de deuda pública, las dos consecuencias serían un crecimiento marcadamente inferior y un prolongado periodo de tipos de interés elevados", asegura DBRS en sus conclusiones.

De acuerdo con la agencia canadiense, Portugal "se enfrenta a desafíos importantes". Se refiere así al 'ratio' de deuda en relación al Producto Interior Bruto, estimado en un 129,7% en este 2016. Los intereses de la deuda portuguesa a 10 años se han disparado en los últimos seis meses del 3,14% al 3,60%, lo que se situó como uno de los factores que más jugaban en contra de Mário Centeno y su laberinto económico siempre en el punto de mira de sus socios comunistas.

Otra cuestión que los canadienses no olvidan es que el Gobierno de António Costa se ha atrevido a revertir a medias una de las medidas postreras que había tomado Passos Coelho antes de dejar el poder: la privatización de TAP, la única aerolínea totalmente pública que operaba en el cielo europeo hasta 2015.

Su venta al consorcio Gateway, participado a partes iguales por el magnate brasileño-estadounidense David Neeleman y por el empresario local de transportes Humberto Pedrosa, no gustó nada a los socialistas. Tanto es así que no han parado hasta negociar en secreto para lograr un equilibrio de fuerzas al 50% con los flamantes dueños.

Vigilancia del déficit

DBRS no simpatiza con semejante medida, que vino acompañada por la anulación de las concesiones privadas del Metro y los autobuses de Lisboa y Oporto, igualmente debida a la fuerte presión comunista sobre el gabinete de Costa. En todo caso, queda para comienzos de la próxima primavera una nueva revisión del 'rating' portugués. Y de aquí a entonces no se va a bajar la guardia en la vigilancia, especialmente en lo que concierne al déficit público.

El ministro de Finanzas ha prometido a Bruselas que se va a mantener por debajo del umbral del 3%, pactado como mínimo para evitar sanciones en la zona euro. Pero habrá que ver cómo reaccionan los mercados en los meses venideros y, sobre todo, cómo se articulan finalmente los Presupuestos Generales del país vecino para 2017.

A falta de su aprobación definitiva, resulta muy evidente que los socialistas vuelven a escudarse en el maquillaje de los impuestos indirectos para suplir la falta de una praxis ajustada a la realidad del momento. Otro pilar de su estrategia se centra en la creación de nuevos impuestos, como el que se aplicará a los inmuebles de mayor valor o los que tendrán que sufrir los ciudadanos a la hora de comprar tabaco, alcohol bebidas azucaradas. Si los indicadores comienzan a dar signos de enflaquecimiento, DBRS ya ha anunciado que se aliará con sus tres colegas de Wall Street y cambiará su perspectiva estable en grado de inversión por el apelativo de 'bono basura', capaz de hundir las expectativas, tal cual aconteció en Grecia.

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