(VÍDEO): El cadismo se da un baño de plata en la Tacita

El club citó a la afición a las siete y media en el estadio Carranza para comenzar la caravana. Se sabía que iba a llegar con retraso por cuestiones obvias. Y es que a esa hora se estaba jugando la segunda parte del España-Italia, algo que restaría algo de aficionados. Sin embargo, cantidad de cadistas se dieron cita en la puerta de tribuna de Carranza a esa hora y el ambiente cadista se dejó notar desde bien temprano.

¡Dos horas! Exactas. Eso tardaron los jugadores, montados en el autobús descapatoble patrocinado ya por la firma Adidas, en llegar a la altura del estadio Carranza. Y es que el retraso era mayúsculo, puesto si la comitiva triunfal tendría que haber salido de Carranza a las siete media, en el Ayuntamiento se le esperaba a las ocho y media.

Y no fue hasta las nueve de la noche que el descapotable que traía a los héroes de Alicante no pisó suelo capitalino.

El caos en la Avenida principal pronto se dejó notar. Los aficionados se arrojado a la vía aún sin cortar por la policía local. Los seguidores amarillos se mezclan con los vehículos y el desorden comenzó a sentirse entre la alegría de una ciudad volcada con su equipo.

El primer autobús que hizo acto de presencia ante la muchedumbre fue el que traía a la prensa. La afluencia de seguidores impedía que cogiese velocidad velocidad. Todos querían saludar a los amarillos, que entregados a su afición, no dudaban en cantar al unísono con los aficionados.

Uno de los más activos en la celebración fue Lolo Plá, que no dudó en coger el micrófono para cantar junto a los aficionados que andaban a la par junto al autobús el mítico pasodoble de la Familia Pepperoni de Manolito Santander. Sin embargo, el extremeño tarareaba muchas estrofas y perdía el hilo.Algo de lo que se dio cuenta el secretario técnico, Enrique Ortiz, que como un gaditano más demostró saberse al pie de la letra el himno oficioso del Cádiz y le arrebató el micro al delantero extremeño para cantarlo a viva voz.

Eso pasaba por la zona trasera del autobús, por delante, en la cabecera del autobús comenzaron yendo Güiza, Servando, Andrés Sánchez y Alberto Quintana. La de atrás la completan Carlos Calvo, Abel Gómez, Mantecón y el entrenador, Álvaro Cervera, que por primera vez desde que llegó el Cádiz se le vio sonreír mientras saboreaba una lata de cerveza.

Las caritas de los jugadores y directivos denotaban la marcha del pasado domingo y la que llevaban desde primera hora del día de ayer. Especialmente alegre y cansado se podía ver al autor del gol en el Rico Pérez, Dani Güiza, que dejó imágenes en las redes sociales para enmarcar.

Los aficionados fueron escoltando al equipo, acompañándolo en su paseo por la Avenida hasta el Ayuntamiento. Hasta que no se llegó a la altura de la iglesia de San José no se comenzó a incrementar el ritmo. Como sabedor del retraso que llevaba la comitiva, la afición cesó por un momento de cantar al equipo y el autobús, una vez que pasaba por el colegio San Felipe Neri, intensificó la velocidad camino del Ayunyamiento de Cádiz, donde esperaban gran cantidad de gente.

Con la llegada de la noche comenzaron a hacer aparición las bengalas de muchos aficionados. De hecho, estas bengalas entorpecieron el tránsito del autobús del equipo, que a las once menos diez de la noche atravesaba las Puertas de Tierra en dirección a la Diputación.

Una vez dejado atrás las Puertas de Tierra, el autobús comenzó a ir más rápido para hacer la visita procotolaria al Ayuntamiento, donde el alcalde José María González les felicitaría desde el balcón principal ante una plaza San Juan de Dios abarrotada por cadistas, los mismos que terminarían la fiesta en el escenario de las Puertas de Tierra.