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Cádiz CF-Mérida (0-1): El pozo no tiene fondo

Álvaro Cervera se estrena con la derrota previsible de un equipo deshecho que por su ineptitud ya ve peligrar hasta el 'play off'

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El Cádiz CF se ha dado un nuevo batacazo, esta vez ante el Mérida.
El Cádiz CF se ha dado un nuevo batacazo, esta vez ante el Mérida.

El Cádiz CF inició en Sevilla su caída a los infiernos y Álvaro Cervera no ha sido capaz de amortiguarla. El desastre es absoluto en un equipo deshecho, un despojo, con la dolorosa sensación de que no toca fondo y el dolor del batacazo puede ser supremo. Cualquier rival bien plantado y armado, de los que abundan en este pozo, le saca los colores y le hunde aún más en la ciénaga.

Y esta jornada iba a ser el Mérida, como podría haber sido otro de estilo similar. La escuadra de Antonio Gómez se plantaba bien en Carranza, y con paciencia y oficio iba cerrando el telón de las previsibles ideas cadistas. Le bastaba con mantener la concentración en los mínimos momentos de inspiración local y aprovechar su ocasión, que llegaba con un golazo de Aitor.

El  nuevo míster sólo se apreciaba al mirar al banquillo y ver una poblada cabellera cuando antes lucía un solar en la testa de Claudio. Pero el debut de Cervera lo podría haber firmado el mismo Barragán, porque no es cuestión exclusiva de banquillo y el cambio no es más que un último intento a la desesperada con el sueño de que suene la flauta.

Además, la idea inicial de Álvaro se evaporaba en el calentamiento.Güiza torcía el gesto, con malas sensaciones, así que se quitaba del cartel y abría la puerta del canterano Román. El estreno venía condicionado por la pérdida del líder y máximo goleador, pero el Cádiz CF se aferraba en el comienzo a la pujanza del pichichi del filial para asustar a un Mérida bien posicionado.

El revulsivo no llegaba en ese primer encuentro. La alineación la podría haber firmado Claudio, que probó con todos los movimientos posibles en busca de una reacción que nunca llegó. Porque el problema de este plantel va más allá de los once que salten cada jornada al terreno de juego. En esta ocasión, el míster cedía la batuta a Abel y David, prescindiendo de un medio defensivo puro, y apostaba por Jandro y Álvaro en las alas pero con continuos intercambios en los carriles.

La intensidad de esos minutos iniciales pronto se apagaba al quedarse sin resultados. La endeblez mental de esta plantilla de oficio téorico provoca esta irregularidad manifiesta que le ha condenado en liga. Se mueve por arreones, y no cambiaba en la primera mitad pese a la llegada del nuevo entrenador, que debe ejercer mas de psicólogo que de técnico. Se enganchaba con las cabalgadas de Álvaro por las alas, la calidad de Lolo entre líneas y la brega de Román, pero al instante apagaba el interruptor, se desconectaba y entraba en el terreno de la apatía.

Plá disponía de la mejor ocasión tras una gran internada de Juanjo, el mayor cambio que se veía en la aparición de Cervera. Los amarillos dominaban territorialmente pero el Mérida marcaba las directrices del choque, se jugaba a lo que querían los albinegros. Y asustaban en dos acciones, con un disparo desde su propio campo que sorprendía a todos, incluido a Ballesté, y un córner que sacaba Andrés bajo palos.

La hinchada se mordía las uñas hasta los nudillos para soportar otra mala tarde de su Cádiz CF, y despedía a los suyos con una pitada en su camino al vestuario para el disfrute de la tregua.

Salvi calentaba en banda y enardecía a unos aficionados que se encomiendan al sanluqueño precisamente como su salvador. Pero sus compañeros ni se enteraban. Hasta que salía el extremo para reordenar a un equipo excesivamente anárquico en ataque.

Con las dos bandas bien abiertas y Jandro por detrás de Lolo, el Cádiz CF hilaba algo de juego, pero no era más que una una ilusión, un espejismo. La mejoría tenía más de deseo que verdad. El conjunto amarillo se ha sumergido en un abismo en el que aún no se ve el fondo, y cualquier rival puede pintarle la cara en este tramo final del campeonato.

Aitor se burlaba de Mantecón en la corona del área y conectaba un derechazo para batir a Pol Ballesté. 0-1. El estreno menos deseado pero nada inesperado de Álvaro Cervera. Los de Antonio Gómez sumaban méritos durante toda la contienda y recogían el fruto del trabajo a un cuarto de hora del final.

Y ni por esas reaccionaba el Cádiz CF, con la inclusión de Despotovic a la desesperada y la peor de las sensaciones, de que este equipo se desmorona y sigue sin tocar fondo. Y el pozo es muy profundo. La promoción de ascenso, que estaba bien amarrada, comienza a liberarse a la espera de conocer la capacidad de La Hoya Lorca en su persecución. ¿Ascenso? Por favor, la duda ofende.

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