Amgela Merkel, ayer, durante una comparecencia en Berlín. :: MAURIZIO GAMBARINO / EPA
Economia

Merkel reúne a los líderes del euro para desatascar la unión bancaria

La cita de Berlín, discreta y a la que asistió Luis de Guindos, es la antesala del Eurogrupo y el Ecofin que se celebran el lunes y el martes en Bruselas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El tiempo se agota y como ya es rutina en Europa, los socios buscan in extremis un acuerdo para seguir avanzando en el que se ha calificado como «proyecto económico más importante de la Unión Europea desde la creación del euro», en palabras del comisario de Mercado Interior, Michel Barnier. Se trata de la unión bancaria, un elemento esencial de la nueva gobernanza económica de los Veintiocho que en su fondo concilia un consenso unánime pero que en las formas, en la metodología, las posturas siguen demasiado distantes.

Alemania, de nuevo, lidera el grupo de los reacios, de los países más ricos, de quienes se niegan a pisar el acelerador reformista hasta que todo esté atado y bien atado. Por ejemplo, quién paga y cuánto en futuros rescates bancarios. Diciembre es un mes clave para relanzar la unión bancaria -los socios se fijaron como meta final de año para alcanzar un acuerdo definitivo- y Berlín, dadas las muchas diferencias existentes, ha decidido tomar las riendas de la negociación de cara a la decisiva cita que el lunes y el martes, respectivamente, tendrán en Bruselas el Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro) y el Ecofin (mismos protagonistas pero de la UE). Un penúltimo paso antes de que en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los días 19 y 20 los grandes líderes europeos apoyen o aparquen el proyecto sine die.

El encuentro, privado, estuvo presidido por el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaüble, y en él participaron, entre otros, el comisario Barnier; el presidente del Eurogrupo, Jeröen Dijsselbloem; el miembro de la ejecutiva del Banco Central Europeo, Jörg Asmussen, o los ministros de Economía de Francia, Italia o España. También estuvo representada Lituania al ostentar la presencia rotatoria de la UE este semestre. No hubo declaraciones al final del encuentro, pero todo parece indicar que el grueso del acuerdo, de existir, se dejará para el martes.

La unión bancaria emprendió sus primeros pasos hace ya varios meses con la aprobación final por parte del Europarlamento del llamado Mecanismo Único de Supervisión (MUS), primer pilar de la unión bancaria colocado finalmente en Fráncort, sede del Banco Central Europeo (BCE). La institución que preside Mario Dragui será el garante último de evitar casos como el de Bankia al tener plenos poderes sobre la supervisión de los 128 mayores bancos de la Eurozona -suponen el 85% del mercado y tiene cada uno más de 30.000 millones en activos.

El siguiente escollo se llama Mecanismo Único de Resolución (MUR), el órgano llamado a rescatar e incluso a liquidar una entidad financiera que no sea viable. La Comisión, en su primer borrador, se arrogó este poder para enojo de Alemania, que se negó de forma tajante. Esgrimieron y esgrimen aún hoy la dudosa legalidad de la propuesta y piden un cambio de los Tratados, un paso que demoraría sine die el procedimiento y que ni Bruselas ni el propio BCE creen necesario.

Pérdida de control

La alternativa que ahora se explora es la de impulsar el MUR de forma escalonada hasta una posterior modificación de los Tratados. Se habla de varias opciones, aunque una de las que más fuerza cobró durante la negociación de la coalición entre la CDU de Merkel y el SPD es que el nuevo órgano esté asociado al Ecofin o al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y no directamente al Ejecutivo comunitario, para evitar que Alemania perdiera el control sobre sus bancos.

Lo que sí tiene muy claro Berlín es que no quiere ni oír hablar de «una mutualización de las deudas», que paguen socios justos por pecadores. «La unión bancaria no será un vehículo que simplemente reparta el coste entre más hombros», advirtió el ayer anfitrión Schauble.

Porque la otra clave del debate es la Directiva de Recuperación y Reestructuración Bancaria. Es decir, si una entidad es liquidada o rescatada, ¿quién paga? En junio se llegó a un principio de acuerdo que aún hay que perfilar y que dice que en primer lugar, se buscarán los capitales necesarios en el mercado; luego, se optará por las quitas a bonistas junior y preferentistas -como sucedió en España- y sólo a partir de aquí habría dinero público. Primero, a través de cortafuegos nacionales ('backstops') y por último vía Mecanismo Europeo de Estabilidad.

Alemania y los países del Norte quieren reducir al mínimo el papel del MEDE, del bote común europeo, rechazando de plano por ejemplo las recapitalizaciones directas de bancos. Se harían a través del Estado al que pertenece, como en España.