Sociedad

'La Herida' sana un discreto festival

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Hacía quince años que una película venezolana no competía en San Sebastián. 'Pelo malo', de Mariana Rondón, obtuvo ayer la Concha de Oro de la 61 edición como reflejo del mediocre nivel de la sección oficial. La crítica había despachado con un aprobado raspado esta crónica de la situación política y social en la República Bolivariana a través del drama cotidiano de una madre que sospecha que su niño es homosexual. 'La herida', ópera prima del español Fernando Franco, aparece como gran vencedora con el Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata a la mejor actriz para Marián Álvarez por dar vida a una mujer con trastorno límite de la personalidad.

El 'pelo malo' al que alude el título del filme es el cabello rizado propio de negros y mulatos, que el chaval protagonista quiere alisarse a toda costa. Mariana Rondón retrata los suburbios de Caracas con sus edificios colmena, la obsesión por los concursos de belleza y la crisis económica de un país profundamente machista. «En Venezuela la homofobia no se considera un problema», alerta la realizadora, que sitúa la acción del filme durante la enfermedad del presidente Chávez. «Quería construir una historia sobre la intolerancia y la incapacidad de reconocer los deseos y necesidades del otro».

Todavía sin distribución en España, 'Pelo malo' incomoda al espectador porque resulta muy difícil empatizar con esa joven madre viuda amargada y al borde de la desesperación, que ha perdido su trabajo como guardia jurado y no quiere a su hijo. 'La herida' también logra poner de los nervios al respetable, incapaz de entender el comportamiento de una conductora de ambulancias que se autolesiona con cuchillas y cigarrillos, consume cocaína y se emborracha, salta en un segundo de la placidez a la agresividad y, en general, hace la vida imposible a los que le rodean.

La película no lo dice, pero Fernando Franco aclaró que el personaje padece trastorno límite de la personalidad o síndrome 'borderline'. Con la cámara pegada a su rostro, sin música ni demasiadas explicaciones, 'La herida' consagra a una actriz de 35 años que ha trabajado en series como 'Hospital central' y que era clara favorita para la Concha de Plata, Marián Álvarez. El premio al mejor actor sonaba para Antonio de la Torre y la otra cinta española a concurso, 'Caníbal', que tiene que conformarse con la mejor fotografía. Sin embargo, el ganador es un veterano actor británico de 64 años que hemos visto en mil películas: Jim Broadbent.

Su rostro inconfundible ha aparecido en 'Brazil', 'Moulin Rouge' o la saga Harry Potter, donde encarna al profesor Horace Slughorn. En la deliciosa 'Le Weekend', de Roger Michell, se bate dialécticamente con Lindsay Duncan en la piel de una pareja de profesores que regresa a París treinta años después de su boda para intentar reflotar su matrimonio. El hastío conyugal retratado con acidez y elegancia merced a un soberbio guion de Hanif Kureiski en un filme que funcionará estupendamente entre el público mayor -el único que sigue yendo a los cines- y que hubiera merecido otra distinción en el palmarés.

El mejor director del festival es el mexicano Fernando Eimbcke, que desde 'Temporada de patos' ha demostrado su habilidad para contar historias mínimas trufadas de un sutil humor, en las que, en apariencia, no ocurre nada. En 'Club Sándwich' sitúa en un hotel de playa en temporada baja a una madre que descubre que su hijo en plena pubertad ya no es un niño al enamorarse de una chica. Coqueteos edípicos, diálogos lacónicos y una peripecia estirada hasta 80 escasos minutos en uno de los trabajos más divertidos de la sección oficial.

El premio al mejor guión fue para 'Quai d'Orsay', de Bertrand Tavernier, una sátira de la alta política con un ministro de Asuntos Exteriores petulante y majadero inspirado en Dominique de Villepin. El Premio del Cine Vasco fue para el documental que más polvareda levantó, 'Asier eta biok', de Aitor Merino, que dedicó el galardón a su amigo, condenado por pertenencia a ETA.

El Festival de San Sebastián ha pagado este año el despliegue de estrellas. Por comparación se ha echado de menos más glamour, máxime tras caerse Colin Firth y Helena Bonham Carter. El director del certamen, José Luis Rebordinos, admitía ayer la sequía de famosos pero se congratulaba del éxito del foro de coproducciones, la trastienda de negocios que no aparece en los medios.