Artículos

Hollande: notas de un éxito

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay pocas dudas sobre la segura y muy amplia victoria del partido socialista en la segunda y definitiva vuelta de la elección parlamentaria en Francia, que confirmará la hegemonía del 'gran partido' que ideó con éxito el general de Gaulle hace más de medio siglo: la ley electoral, que busca afanosamente - y obtiene- mayorías holgadas capaces de evitar la inestabilidad parlamentaria y los gobiernos efímeros, el espectáculo de la IV República que el general enterró cuando fundó la vigente, la quinta.

Por razones no fáciles de discernir el público parece haberse acomodado y no hay una demanda social para cambiarla. En el Reino Unido hubo hace dos años una notable lección al respecto: por exigencias del partido Liberal-Demócrata, perjudicado gravemente por el venerable sistema electoral británico (un escaño por circunscripción para el más votado y listo) se promovió un referéndum para cambiarlo en un sentido más proporcional. Fracasó.

Lo de Francia es muy original y, a decir verdad, más entretenido porque las dos vueltas pueden, en teoría, producir hasta cuatro candidatos para la ronda decisiva, la de mañana domingo. Bastaría con que hubiera cuatro aspirantes que hubieran obtenido al menos un 12,5% del total de votos emitidos, lo que nunca ocurre, pero sí abundan las situaciones llamadas 'triangulares' (hay 34) y son abundantísimas las del clásico 'ballottage' (495) y, además, hay un pequeño resto de 12 escaños asignados ya, de hecho, al único candidato. Único por desistimiento de uno o dos adversarios que se saben perdedores seguros.

El domingo pasado solo fueron atribuidos 36 escaños (de 577), es decir, que solo 36 próceres consiguieron al menos la mitad más uno de los sufragios. Los descartes en el interior de los partidos han sido en algunos casos brutales, pero presentados como operaciones prácticas revestidos a veces de argumentaciones éticas, como frenar al adversario ultra, el Frente Nacional, desde el así llamado frente republicano (PS-UMP) ya no muy operativo y ni siquiera de obligado cumplimiento.

Para resumir, quedan tres asuntos por dilucidar: si el PS vence con mayoría absoluta, si el Frente Nacional, por lo menos sus dos astros, Marine Le Pen y Gilbert Collard, consiguen el acta de diputados y qué pasará con Ségolène Royal, la excompañera del presidente Hollande en La Rochelle, donde podría no ser elegida y, por tanto, verse obligada a abandonar su plan de ser presidenta de la Asamblea Nacional. y digerir el incidente del apoyo de la pareja presidencial del día a su competidor allí. Un incidente menor, si se quiere, pero que ha desautorizado de golpe la extendida tesis de que la colega Valerie Trierweiler es de primera división, una inteligente, cultivada y digna 'primera dama'. a la que el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, quien tiene gran autoridad moral ante Hollande, recomendó en público con toda tranquilidad que adopte 'un papel más discreto'.