Editorial

Pronóstico de recesión

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El propio Gobierno ha reconocido que éste y el próximo año describen en las previsiones una clara recesión que daría paso a una recuperación muy tenue, mientras que los pronósticos sobre el desempleo dibujan una línea ascendente e ininterrumpida. No sería aventurado pensar que los efectos de la reforma podrían dar lugar al relevo más o menos masivo de trabajadores actuales por jóvenes aspirantes a ocupar su lugar. Esa hipótesis de 'suma cero' social desahogaría sin duda los balances de las empresas y su competitividad, dado que los costes salariales se verían rebajados. Pero en todo caso sería el más optimista de los supuestos sobre los que hoy cabe predecir los efectos de la reforma laboral, puesto que la confluencia entre la recesión prevista y las políticas de austeridad pública impide barajar como posible la hipótesis de un incremento del volumen total de puestos de trabajo a cuenta del decreto-ley aprobado ayer por el Consejo de Ministros. En una visión cíclica del devenir económico, el diseño de la reforma se muestra proclive a facilitar el ajuste de plantillas en la recesión y a estimular la generación de puestos de trabajo en la reactivación. Pero el horizonte del crecimiento económico se vislumbra tan lejano e incierto en cuanto a las características del modelo productivo que resulte de la crisis que es obligado resaltar el compromiso político asumido por el gobierno Rajoy con la reforma y el que, en el ámbito de la economía productiva, asumen las empresas cuyos representantes secundan las medidas adoptadas ayer.