Militares norcoreanos guardan luto por Kim Jong-Il. :: AFP
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El fantasma de la hambruna reaparece en Corea del Norte

Varias ONG alertan de que las malas cosechas y el cierre del país tras la muerte de Kim Jong-Il ponen en riesgo la vida de miles de personas

SHANGHAI. Actualizado: Guardar
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La sala que alberga el cuerpo de Kim Jong-Il podría rivalizar con el lujo propio de los faraones. Sin embargo, fuera del palacio presidencial la realidad es muy distinta. Los súbditos de la dinastía comunista Kim viven en la pobreza y su supervivencia depende de la generosidad de la tierra. Pero este año la cosecha no va a ser buena. Aunque la producción agrícola no caerá a mínimos como los que produjeron la tragedia de la década de 1990, en la que diferentes fuentes estiman que murieron por inanición de 600.000 a un millón de personas -entre el 3% y el 5% de la población-, diferentes ONG estiman que ahora miles podrían perder su vida en los próximos meses. El peligro está en que se detenga el envío de la ayuda humanitaria de la que dependen millones de norcoreanos.

De momento, Estados Unidos ha anunciado la suspensión de varios envíos. Su intención es clara: tratar de que la nueva cúpula del poder reanude las negociaciones para su desnuclearización a cambio de proporcionar ayuda a la población norcoreana. El Programa Mundial de Alimentos estima un déficit de 414.000 toneladas, y solo ha conseguido reunir un tercio de los fondos que pidió en abril, momento en el que lanzó un programa de emergencia.

Según declaraciones de Kim Hartzner, responsable de la ONG danesa Mission East, al diario británico The Guardian, «en las condiciones actuales Corea del Norte produce comida para alimentar a su población diez meses al año», un hecho que ha provocado un aumento de entre el 50% y el 100% en el número de niños atendidos por malnutrición en los últimos meses. Ahora, la situación podría deteriorarse con el cierre que ha anunciado el país tras la muerte del Querido Líder.

Amenaza a Seúl

Corea del Norte, no obstante, anunció ayer que su hermetismo no será total y animó a la hermana del sur a que envíe alguna delegación al funeral que se celebrará el día 28. Curiosamente, esta invitación ha provocado el primer roce entre las dos Coreas desde la muerte del segundo Kim, ya que Seúl no tenía ninguna intención de enviar emisario alguno a Pyongyang y decidió prohibir el viaje de políticos, un hecho calificado como «inaceptable e inhumano» por los medios norcoreanos. Y llegó la primera amenaza: «Aquellos que insultan nuestra dignidad lo pagarán caro».

A juzgar por los asientos vacíos que se registraron el jueves durante el minuto de silencio en honor del caudillo en la sede de la Asamblea General de Naciones Unidas, serán muchos. Sí que acudirán, sin embargo, dos grupos de empresarios, liderados por el presidente del gigante surcoreano Hyundai y la viuda del expresidente Kim Dae-Jung. Así la lista de asistentes a las exequias ya comienza a llenarse. Entre ellas también se encontrará la princesa Tenko que, lejos de pertenecer a familia real alguna, es una prestigiosa ilusionista japonesa. ¿Será la encargada de resucitar a Kim Jong-Il durante el grandioso espectáculo?