Aspecto actual de las instalaciones turísticas, clausuradas por la Junta de Andalucía el 15 de noviembre de 2007. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

La Residencia de Tiempo Libre cumple cuatro años cerrada sin ni siquiera un plan de derribo

El Ayuntamiento ha realizado hasta siete requerimientos a la Junta desde 2008 para pedir obras de seguridad o exigir el proyecto

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Mañana se cumplen cuatro años desde que la Residencia Tiempo Libre cerró sus puertas y su fecha de reapertura sigue siendo una incógnita que, a medida que pasa el tiempo, parece que tiene una difícil solución. El imponente edificio, situado en una de las zonas más caras y turísticas de la ciudad, se ha convertido a estas alturas en el símbolo de la llegada de la crisis, del ejemplo de la diferencia de color político entre las administraciones competentes y de la falta de interés, que sumado, ha tenido como consecuencia la inutilización de casi 20.000 metros cuadrados en pleno Paseo Marítimo y la pérdida de casi 4.000 turistas cada verano desde el año 2008.

Sin embargo, poco parece importar esto a los responsables políticos de la Junta de Andalucía, la Administración que debe ejecutar, en primer lugar, el derribo del edificio, y, posteriormente, la construcción de dos inmuebles, que desde que dio el cerrojazo a las instalaciones a causa de la aparición de un foco de legionela, apenas ha realizado avances para volver a ponerlas en uso. A estas alturas, ni siquiera tienen sobre la mesa un plan de demolición, que, por las dimensiones del equipamiento y por su situación, será costoso y de complicada ejecución.

Ni siquiera la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que ya cuenta con el visto bueno de la Consejería de Obras Públicas, y que será aprobado de forma definitiva en unas semanas, ha conseguido reactivar el proyecto, a pesar de que ésta era la principal excusa de la Junta para no llevar a cabo la demolición.

De hecho, fuentes de la Junta de Andalucía se limitan a decir al respecto que el proyecto está pendiente de la elaboración de un estudio de detalle, sin pronunciarse sobre el plazo previsto para su realización o dar argumentos del por qué no se ha hecho antes, ya que éste era el primer avance que se debía llevar a cabo desde que la Administración autonómica consiguió el apoyo del Ayuntamiento para definir el futuro uso de la parcela a través de un convenio que se firmó en enero del año 2010, hace ya casi dos años.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Cádiz no están dispuestos a tirar la toalla y desde que se certificó el cierre, el 15 de noviembre de 2007, el equipo de Gobierno no ha parado de transmitir su apuesta por la construcción de un gran complejo turístico en la zona con el que responder a la insuficiente oferta de plazas hosteleras que existe en la capital. Entre 2008 y 2011, el Consistorio ha requerido a la Administración autonómica hasta en siete ocasiones la ejecución de medidas de seguridad y, después, la ejecución del proyecto previsto para este edificio, sin que hayan tenido respuesta hasta la fecha. El primer aviso llegó el 7 de noviembre de 2008, pocos días antes de cumplirse un año de la paralización de la actividad, en el que se exigía el proyecto de rehabilitación, que volvió a reiterar en el Pleno del mes de julio de 2009. En este mismo año, el asunto llegó incluso al Parlamento de Andalucía, a través del grupo popular, que reclamó la licitación de las obras y la comparecencia del consejero de Empleo para que explicara los plazos. Incluso el actual presidente de la Diputación Provincial, José Loaiza, solicitó meses después en este mismo foro político información sobre los dos millones de euros consignados en las cuentas de la Consejería de Empleo para los años 2008 y 2009, con los que se iba a adquirir maquinaria y enseres, así como la reposición de mobiliario para la residencia.

Después, la estrategia municipal se centró en reclamar las pertinentes obras de seguridad del edificio, así como la ejecución de obras de ornato, todas en el año 2010, cuya única consecuencia fue el tapiado de puertas y ventanas de los bajos.

Y mientras los trámites burocráticos se eternizan a causa de la falta de recursos económicos en las administraciones, el deterioro del actual inmueble avanza sin pausa, con destrozos y humedades que comienzan a convertirse en otro quebradero de cabeza para los vecinos y establecimientos de la zona, que se postulan como los principales perjudicados por el estancamiento del equipamiento.

Vecinos de la calle Muñoz Arenillas reconocían que la situación es preocupante, no solo por el daño que ha causado el cierre en la economía de la zona, sino por las consecuencias que tiene mantener las puertas cerradas de unas instalaciones tan importantes. El último de los problemas que ha sufrido parte del vecindario de los edificios colindantes ha sido el de la entrada de indigentes, que habían hecho de la residencia su casa. Finalmente, los vecinos consiguieron que se tapiaran los huecos de las puertas y pusieron fin al problema. Desde la asociación de vecinos del barrio, también han solicitado información a las administraciones sobre el estado del proyecto, sin conseguir respuesta alguna. «Nadie nos ha contestado a ninguna de nuestras preguntas y vamos a actuar por nuestra cuesta», aseguró el presidente de la entidad, Francisco Moreno, que anunció la convocatoria de una manifestación para exigir a los políticos la ejecución del proyecto hotelero.

Los comerciantes y negocios de la zona también han visto mermada su actividad durante los últimos cuatro años, ya que las instalaciones contaban con 1.350 plazas hoteleras, que llegaban a ser cubiertas en su totalidad durante los meses de julio, agosto y septiembre. «Eran miles de personas que, aunque tenían casi todo incluído en la residencia, siempre se tomaban algo, un aperitivo, un café, un refresco o una copa por la noche en la zona», puntualizó uno de los hosteleros de Muñoz Arenillas.

Sin embargo, parece que mucho tendrán que esperar estos empresarios y vecinos para ver hecho realidad el nuevo proyecto, con un edificio para oficinas y otro para hotel. En principio, lo único que ha dado a conocer el gobierno autonómico es que la parcela aumentará su edificabilidad de 20.000 a 25.000 metros cuadrados y que, en un principio, se contaba con un presupuesto de 95 millones de euros, una cifra que hoy en día parece inasumible para el estado en el que se encuentran las arcas públicas.

En la actualidad, parece prácticamente imposible que el derribo se lleve a cabo en 2012, ya que aún no está presupuestado, de manera que ni siquiera se puede llegar a preveer una fecha de inicio para las labores de construcción y, cuanto menos, para la conclusión y puesta en uso de las dependencias. Mientras tanto, Tiempo Libre seguirá siendo un proyecto fantasma.