Polanco negociará una solución con los trabajadores

El encuentro mantenido ayer por representantes de Maderas Polanco, el comité de empresa y los sindicatos, y el delegado provincial de Empleo, resultó «satisfactorio» para todas las partes.

Según explicó a su término el propio responsable autonómico, Juan Bouza, «pese a las dificultades que existen para la subsistencia de la empresa, se ha constatado la voluntad de ambas partes de seguir manteniendo contactos periódicos con los que encontrar nuevas vías o soluciones de futuro que permitan aminorar la situación de Maderas Polanco, en estos momentos abocada al cierre y por tanto al despido de toda la plantilla».

El delegado provincial de Empleo se mostró convencido de que es necesario continuar «dialogando». A partir de ahora, y dado que la firma se encuentra ya inmersa en el proceso concursal, la negociación para dar salida a los casi 300 empleados de Chiclana y Granada será a dos bandas.

De hecho los sindicatos y la representación de la empresa han fijado una reunión para el próximo jueves, en la que se tratará de avanzar para resolver el conflicto planteado por la falta de liquidez económica del grupo.

Desde UGT se reconoce que la empresa necesitará una reducción de plantilla, y se propone una reducción proporcional del grupo de empresas, «que podría unificarse en una sola para reducir costes».

Aunque la plantilla de trabajadores continuará en la mañana de hoy con las movilizaciones, sus representan se muestran algo más optimistas que en días pasados. «Vamos a buscar alternativas; hemos pedido a la empresa que haga un esfuerzo y que no deje solo en manos de la jueza el futuro de Maderas Polanco», aseguran.

Los sindicatos y el comité han preguntado también a la dirección de la firma sobre «quiénes son los grandes acreedores, y conocer de este modo si la empresa o parte de ella es viable en el futuro».

Por su parte, desde la dirección de Maderas Polanco se insiste en que llevan varios meses buscando una solución para evitar el cese de la actividad y el cierre de la fábrica, «algo que ha sido totalmente imposible», lamentan.