Pepín Olmedo con su sobrina Josefa. :: IMÁGENES CEDIDAS POR LA FAMILIA OLMEDO
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Pioneros en floristería y viveros

La saga de los Olmedo lleva cuatro generaciones dedicada al negocio de la jardinería

JEREZ. Actualizado: Guardar
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En Jerez, como sucede también en otros muchos pueblos y ciudades, hay familias con tradición en muchos y variopintos sectores. Durante estos años hemos dedicado especial atención y cariño a estas sagas familiares, porque han continuado con las empresas y profesiones que sus antecesores comenzaron y llevaron a cabo durante décadas, y algunas incluso durante siglos.

Por todos conocidos, hay ejemplos como el de la familia Arcas, cuyos hijos son como su padre y su madre, la mayoría médicos. O como la familia González, que han continuado con la tradición bodeguera familiar, celebrándose el pasado año el 175 aniversario de su fundación. Igualmente, otros trabajos y oficios como el de la familia Zarzana, dedicados a las pescaderías. O aquellos cuya actividad es la artística, tal es la familia de los Morao, conservadores del toque de la guitarra flamenca genuinamente jerezana, cuyo más destacado representante, Moraito Chico, acaba tristemente de dejarnos para siempre.

En la especialidad de la jardinería y la floricultura tenemos en Jerez a la familia Olmedo, quienes llevan en este negocio ya cuatro generaciones.

Altillo

Todo comenzó cuando en Jerez solo había un verdadero jardín, y más que un jardín, un extensísimo parque botánico. Nos estamos refiriendo al que en la zona del Altillo concibió Don Cristóbal de la Quintana González, padre de las hermanos de la Quintana, popularmente denominadas 'Las niñas del Altillo'. Por casualidades de la vida o el azar, a esta enorme finca-jardín arribó José Olmedo Muñoz, quien, procedente de Arcos de la Frontera, fue contratado por la familia Quintana para que llevase el mantenimiento del parque botánico. Labor ingente, ya que dadas las dimensiones que por aquellos tiempos tenía, requería la permanente dedicación de una cuadrilla de jardineros que, dirigidos por José Olmedo Muñoz, hacían todo tipo de labores: poda, tala, injertos, recortado de setos ornamentales, plantado de nuevas especies... para lo cual, en una zona de la extensísima finca, José Olmedo montó un vivero con invernadero incluido donde criaba las plantas de temporada, llegando a reproducir algunas de las raras especies botánicas traídas de la provincia de Granada, e inclusive de ultramar.

Ni que decir tiene que José Olmedo Muñoz vivió en la finca de El Altillo, en una pequeña casa de madera en las inmediaciones del parque.

José Olmedo Muñoz se casó con la jerezana Dolores Lozano Vargas y en la casita del Recreo del Altillo el matrimonio tuvo cuatro hijos: Francisco, Pepín, Sebastián y Manolo; los que desde niños vivieron y crecieron en torno al oficio de la jardinería, el cual llegaron a conocer a la perfección, pues no había por entonces en Jerez mejor lugar para ello.

Textos especializados

Corrían las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, años en los que en Jerez eran escasos los conocimientos de jardinería. Dado que en nuestra ciudad no era posible adquirir libros de este tipo, José Olmedo mandó a pedir a unos primos que tenía residentes en Francia algunos textos especializados en botánica, sobre todo en especies tropicales y subtropicales que existían en el parque. Una vez recibidos los libros y dado que en su mayoría estaban editados en francés e inglés, José Olmedo recurrió a un miembro de la familia González para que se los tradujese y ayudara en la interpretación de las diferentes técnicas allí descritas y así poder llevarlas a cabo. Tales eran el mantenimiento y la reproducción de los raros especímenes plantados y criados en El Altillo.

A medida que sus hijos crecían en aquel maravilloso parque jerezano, cuya cubierta vegetal impedía que el sol dañara a las planteras de helechos, manteniendo en penumbra a las especies de media luz, no llegando a herir con sus rayos a kenthias y demás palmáceas y plantas subtropicales, que en aquel exclusivo biotopo jerezano crecían como en sus países de origen. Como decimos, sus hijos se hicieron hombres a la sombra de su padre y entorno al oficio de la jardinería.

Otros parques

Apenas estuvieron preparados y se produjo la demanda de mantener en similares condiciones otros parques y jardines jerezanos, José Olmedo supo ir colocando a sus hijos. A Sebastián lo llevó e hizo cargo de los jardines de las Bodegas Domecq. Francisco llevó el mantenimiento de varios jardines de fincas particulares de Jerez. Pepín montó la floristería de la calle Arcos y Manuel, el más pequeño -padre de los actuales hermanos Olmedo-, continuó a su lado, haciéndose cargo de los jardines de la finca Cuatro Norias, que se encontraba detrás de Sementales, llegando a ser el responsable del mantenimiento de los parques y jardines del Ayuntamiento jerezano, puesto en el que estuvo durante 15 años.

A la llegada de los americanos en el año 1953, fecha en la que se monta la Base Naval de Rota, Manuel Olmedo es requerido para instalar y llevar el mantenimiento de los jardines de dicha base, así como posteriormente los jardines particulares de los jefes y mandos militares americanos. Allí permaneció durante 15 años montando a su vez una tienda de floristería de la que se surtían las familias estadounidenses. Por aquellas fechas este activo empresario de la floricultura jerezana montó también una tienda en Jerez, concretamente en la calle Gaitán, 10.

Manuel

Como es habitual en nuestros artículos, en esta ocasión queremos significar y dirigir nuestra atención hacia un miembro de la familia, patriarca y artífice de toda esta historia: Manuel Olmedo Lozano, quien nace en Jerez en el año 1913 y se casa con Milagros García Navarro con la que tiene nueve hijos: Dolores, María, José, Antonio, Josefa, Manuel, Milagros, Luisa y Javier. Viven en la calle Lanuza, 6, para con el tiempo trasladarse a la por entonces recién construida barriada de La Asunción, donde nace el menor de sus hijos, Javier.

Al fallecer su padre, en mayo de 1969, los hijos continuaron con la tienda de la Base de Rota, en la que permanecen durante 30 años y deciden abrir varias tiendas más en Jerez. La primera en la calle Porvera, 57 y la segunda en la calle Honda, 7.

Debido a la unión de esta familia y a la capacidad de trabajo de todos sus miembros, el éxito comercial no se deja esperar y en el año 1970 los hermanos Olmedo abren el primer vivero en la carretera de La Cartuja, justo a la espalda del Monasterio de la Orden de San Bruno.

En el año 1980 se inaugura el segundo vivero en la carretera de Arcos, donde se continúa la actividad de cultivo y venta de flores a mayor volumen y variedad de especies, como también todo tipo de objetos de decoración y utillaje para la jardinería, abonos, fitosanitarios...

Otras labores

A esta labor y a las de mantenimiento de los jardines de Jerez y de casas particulares se les suman las de preparaciones florales de las iglesias para bodas, puestas de largo y recintos donde se llevan a cabo las celebraciones de éstas. Otras de las actividades más fuertes realizadas por la misma empresa Hermanos Olmedo es la del montaje floral de los pasos de la Semana Santa de Jerez, como también de las cofradías de Rota y de Cádiz capital, abarcando el mantenimiento de hoteles, oficinas bancarias y diversas empresas que ponen su confianza en los Hermanos Olmedo.

En la actualidad esta prolífica familia jerezana está compuesta por más de 40 miembros entre los que ha habido desde futbolistas profesionales hasta profesoras, sanitarios, filóloga, secretarias y una arquitecta paisajista.

Como decíamos, ya por la cuarta generación, los descendientes de José Olmedo Muñoz y Dolores Lozano Vargas continúan unidos trabajando para Jerez y la provincia en esta bonita profesión que es la floricultura y la jardinería.