Luis Miguel Armario, en la Plaza de Las Canastas, donde todos los días vende sus cupones. :: MIGUEL GÓMEZ
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La suerte llega al barrio de Santa María

Alrededor de cuarenta vecinos se reparten más de un millón de euros por el cupón de la ONCE. Los agraciados con 35.000 euros por boleto afirman que «la ayuda servirá para tapar huecos y celebrar una fiesta»

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Unos cuarenta vecinos del barrio de Santa María sintieron en la noche del jueves, a eso de las nueve, los mismos síntomas. Pérdida del parpadeo, piernas temblorosas, voz interrumpida y por último, el mismo grito de júbilo: «¡Me ha tocado!», «¡Antonio (o en su defecto el nombre de la persona que estuviese al lado), Antonio que me ha tocado el cupón!». Y así hasta cuarenta veces se escuchó la gran noticia que ha revolucionado gran parte de este barrio señero. La celebración no se hizo esperar y tal como contó ayer Isabel Sánchez, una de las agraciadas, «nos echamos todos los vecinos a la calle porque ninguno nos lo creíamos». No hubo el típico descorche de las botellas de champán propios de sorteos como el de El Gordo de Navidad o del Niño, tan solo el cante de los vecinos y la risa nerviosa del que se siente tocado por la diosa fortuna.

Por la mañana, mucho de los agraciados prefirieron seguir en el anonimato aunque la sonrisa que llenaba sus caras les delataba como ganadores. En la plaza de Las Canastas, lugar donde Luis Miguel Armario vende los boletos de la ONCE de lunes a jueves, el trasiego de gente fue constante. «Le ha tocado a la de la frutería, a la de la tienda de ropa, a los vecinos que siempre le compran el cupón a Luis», contaron algunas de las vecinas sentadas en el banco que se lamentaban de no haberse hecho con uno. «No hay más que verlos para saber que llevan un boleto premiado». Algunos como la dueña de la frutería de esta plaza prefirió no esperar y fue a la administración a cobrar el premio en la misma mañana, como contó su hermana. La que sí estaba en la plaza ayer por la mañana fue Isabel Sánchez que ayuda a su hija en una tienda de ropa. «Con el dinero voy a ayudar a mi hija a seguir adelante con el negocio porque con la crisis lo está pasando bastante mal», contó ayer Isabel, nerviosa ante la expectación que creó el sorteo. «Estoy muy contenta porque ha estado muy repartido y le ha tocado a los que siempre compramos el cupón».

Frente a la puerta de la Iglesia de Santa María, Luis Miguel Armario y su madre Dolores Berea siguieron ayer con la venta de cupones, tan solo un día después de traer la suerte a todos los vecinos. «Les ha tocado a todos los que siempre me compran el cupón», relató Luis Miguel, quien se mostró muy contento de «haber repartido tanto dinero, sobre todo en un barrio con mucha gente en el paro como es el de Santa María. Les va a servir para tapar muchos boquetes».

Pero Luis Miguel no sólo repartió suerte entre sus vecinos, también le tocó muy cerca, a su madre. «Yo tengo dos», aseguró una Dolores nerviosa. «No veas cómo me temblaban las piernas, no paraba de llamar a Luis». En doce años que llevan trabajando, es la primera vez que reparten un billete ganador entre sus clientes. Algo que le llenó de alegría, reconoció el propio Luis Miguel.

Convite familiar

«No ha sido mucho», contó ayer Carmen Chacón mientras compraba otro cupón de nuevo a Luis Miguel Armario por eso de si la suerte toca dos veces, «pero al menos ha estado repartido entre los vecinos». Ha sido 35.000 euros por cupón (5,5 millones de las más que antiguas pesetas) lo que ha tocado a 35 vecinos del barrio de Santa María lo que suma una cantidad de 1.190.000 euros en total. Una cifra que a muchos les costaba creer que iban a recibir. Algunos como la propia Carmen tuvo que mirar la página del teletexto hasta en tres ocasiones «porque me parecía mentira, eso siempre le toca a otros». «Cuando apareció el número en la televisión me pareció que acababa en tres y no en 10, que es el que tenía yo pero cuando lo comprobé en el teletexto me quedé sin habla». Fue entonces cuando llamó su familia para dar la buena noticia, «a todos, creo que me he gastado todo el premio en llamadas». Carmen Chacón tiene muy claro en qué se va a gastar el dinero, en la familia. «Voy a ayudar a mi sobrino con una obra que tiene en casa y voy a invitarlos a todos a comer, a pasarlo bien y a disfrutar».

En la mañana de ayer, mientras charlaba con Dolores y Luis Miguel se acercaron muchos vecinos para felicitarla. Algunos hasta bromeaban y se presentaban como pretendientes ante el bote. «Yo no quiero nada de novios», respondió Carmen Chacón, «que yo ya estoy mayor para eso, esto es solo para la familia». Otros intentaron probar suerte de nuevo y compraron un cupón de nuevo a Luis Miguel. «Es difícil que toque dos veces en la misma ciudad y además en el mismo lotero pero eso es el juego, ¿no?», apuntó este vendedor de la ONCE.

Por unas horas, el barrio de Santa María olvidó ayer sus problemas, sus casas medio rehabilitadas y el paro para formar una gran fiesta llena de suerte.