ORÍGENES

El premio Nobel de literatura francés Albert Camus (de origen argelino) escribía en su célebre novela 'La Peste' (1947) que «la mejor forma de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere».

Si pretendemos conocer a un pueblo a través de los datos estadísticos que de él se publican, lo más seguro es que nos llevemos una imagen distorsionada. No obstante, a veces hay noticias que nos deben hacer reflexionar.

«Cádiz acapara más de la cuarta parte del juego ilegal de España». Una provincia cuya población apenas llega al 3% de los cuarenta y seis millones de ciudadanos españoles. Para los responsables de la ONCE el problema es endémico, casi cultural, una cuestión estructural. Un elemento más de los arraigados en nuestra particular forma de ser.

En estos momentos en que la oferta televisiva 'gratis' se ha ampliado gracias a la TDT -muy a pesar de los graves problemas de recepción en nuestra provincia- resulta que la provincia de Cádiz es la tercera de España con mayor número de hogares abonados a cadenas de televisión de pago. Será que la televisión gratuita es lo único gratis que no le gusta al gaditano. Para gratis están mejor los conciertos, las exposiciones y demás actividades lúdicas y culturales.

El origen de nuestros males, y también de nuestras virtudes, hay que buscarlos en la forma de ser del gaditano.

Aquí las cosas adquieren otra dimensión, incomparable con lo que ocurre en otros lugares. La economía sumergida goza de una mala salud de hierro. El juego ilegal financia sabe dios que actividades. Hasta nuestra afición 'amarilla' es conocida por moverse por debajo de la línea de flotación. «Dicen que el amarillo..».