EL ACABADO

Estaba acabado. Todos los visionarios lo veían claro. Si alguien te identifcaba como seguidor suyo, te señalaban con un dedito y te decían «Yo ya lo sabía, esto se veía venir». Con 23 años y 6 Grand Slams además de quince Masters Series por aquellos entonces, un tal Rafael Nadal jamás iba a volver a ganar, y hablar del número 1 no estaba justificado, muchos decían que en este 2010 podríamos ver a Rafael Nadal fuera del Top Ten. Ya no servía, era un juguete roto, y venían pegando fuerte otros tenistas que intentaban cumplir los pronósticos que sobre ellos hay. Alguno de ellos sigue luchando por conseguir su primer Grand Slam, como Andy Murray. Otros que le acusaban de hacer desgaste de su físico parece que no ven que Davydenko está fuera de combate por el final de año que hizo (y ya han pasado seis meses) y Del Potro más de lo mismo. El tenis es un estado de ánimo, el tenis es trabajo constante, el tenis es psicológico. y todas esas cualidades las tiene el manacorense Rafael Nadal, que como el Ave Fénix ha renacido, se ha vuelto a levantar cuando muchos le dieron la espalda. Más de un día habrá tenido que desayunar, tanto él, como su entorno técnico y de comunicación con artículos en la prensa totalmente injustificados. Nada es casual, todo es causal. Cómo cambian las cosas. Rafael Nadal está siendo un espléndido regalo de la primavera. Tras conseguir de manera brillante Roland Garros sin perder ni un solo set, lo ha celebrado a su manera. entrenando en Londres preparando la gira de hierba, donde ya tiene en su mente su siguiente objetivo, Wimbledon. Este niño debe servirnos de ejemplo y más en los tiempos que estamos, algo que ya dijeron de él cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2008. «Es un deportista ejemplarizante». Los expertos de escayola parece que no acertaron, de cualquier modo si pierde en primera ronda la semana que viene quizás vuelvan a señalarnos con su dedito.