El juez atenúa el golpe a la Camorra al dejar en libertad provisional a 17 de 18 detenidos

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La 'operación Tarantela', desatada el martes en Madrid, fue presentada como el mayor golpe de la historia policial contra las tramas de blanqueo de capitales de la Camorra napolitana en España. Los 32 detenidos, italianos, españoles y colombianos, estaban acusados de haber lavado millones de euros del narcotráfico a través de aparentes "ruinosas" empresas tapaderas radicadas en la península.

En la 'macroredada' desarrollada en la Comunidad de Madrid participaron decenas de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía, coordinados con la Polizia di Stato y la Guardia di Finanza italiana.

El mismo martes, el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sacaba pecho en Milán por la "magnífica" operación llevada a cabo entre España e Italia, durante un encuentro de titulares de Interior de la Unión Europea. Se han requisado «armas de fuego, dinero y drogas, en especial cocaína», avanzó para celebrar los éxitos logrados por su departamento.

La euforia se desvanece

Pero solo 48 horas después de la euforia del ministro, el juez de la Audiencia Nacional encargado de la investigación, Fernando Andreu, diluyó como un azucarillo el caso, al menos de momento, al dejar en libertad provisional a 17 de los 18 detenidos que este jueves fueron interrogados.

El único que acabó en prisión fue Ion Jairo Granados Escobar, imputado por pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y blanqueo, mientras que al resto les retiró el pasaporte y les impuso la obligación de comparecer cada semana o quince días ante la Justicia. Todos ellos están también imputados por alguno de estos tres delitos, según informaron fuentes jurídicas.

El juez seguirá este viernes interrogando al resto de detenidos, otros 14, aunque alguno podría quedar en libertad tras declarar ante la Guardia Civil o la Policía Nacional.