Pau Gasol machaca el aro en el All Star del pasado año. / Archivo
BALONCESTO | NBA

Pau, un justo ausente

Aunque el pívot de los Lakers cuenta con el estatus y los números suficientes para haber sumado una nueva presencia en el All Star, hay causas objetivas para que figure entre los ilustres descartados

MADRID Actualizado: Guardar
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El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, ha pedido que este fin de semana se redoblen los aplausos hacia los deportistas franceses en plena 'guerra del guiñol'.

Si hace unos años las verduras españolas caían desparramadas por las carreteras a manos de los belicosos camioneros galos en cuanto las mercancías hispanas traspasaban los Pirineos, ahora el objetivo de algunos resentidos por los éxitos del vecino es enterrar en el fango el prestigio de aquellos que se lo ganaron sobre una cancha de baloncesto, un campo de fútbol o una pista de tenis. Aprovechando una sentencia que castiga a Alberto Contador por un dopaje que han admitido no poder demostrar, a unos cuantos les ha dado por blandir la espada de los limpios y puros ante las jeringuillas ibéricas, escondiéndose detrás de unos muñecos que no dejan de ser meros transmisores de la voz de su amo.

Entre tanto rencor y sinrazón, un poco de cordura como la que propone Cardenal nunca esta de más. Y de cuerdos es reconocer los méritos de Tony Parker para ocupar una de las plazas del banquillo del Oeste en el All Star de Orlando, aunque a su lado solo se siente Marc Gasol, pese a los méritos acumulados por su hermano Pau -todo “talento, esfuerzo, perseverancia y humildad”, nada de química externa- y por el novato Ricky Rubio. El eléctrico base francés está liderando a unos Spurs que, pese a que parecía que iniciaban un periodo de reconstrucción, no quieren dejar de ser protagonista en el Oeste y que ya demostraron en su momento que no les van nada mal 'minitemporadas' como ésta. Parker es uno más de la pléyade de estrellas seleccionadas para disfrutar de la fiesta en el Amway Center. Sin duda, el pívot español de los Lakers cuenta con el estatus y los números suficientes para haber sumado una nueva presencia en el fin de semana más espectacular del año, pero hay también varias causas objetivas para que figure entre los ilustres descartados.

Muchas pistas

La disposición del quinteto titular del Oeste daba ya muchas pistas para pensar que Pau contaría con unos días de descanso a finales de febrero. Dos jugadores de su equipo -Kobe Bryant y Andrew Bynum- habían sido elegidos por los aficionados para comenzar el choque principal del All Star, y dos miembros de los Clippers - Blake Griffin y Chris Paul- completaban junto a Durant el cinco estelar. Cuatro jugadores de la ciudad de Los Ángeles entre doce no permitían muchas más licencias. Si a eso se le suma la mediocre temporada de unos decrépitos Lakers, poco más se podía hacer en favor del catalán. La norma no escrita de abrir las puertas a nuevas figuras de equipos emergentes - Marc y LaMarcus Aldridge se han colado por ahí- daba el portazo definitivo a Pau. Las otras dos plazas entre los aleros y los pivotes estaban adjudicadas con plena justicia: Kevin Love era fijo por su enorme temporada en Minnesota y al MVP de la pasada final -Dirk Nowitzki- no se le podía dejar fuera.

Por el lado contrario se le ha escapado la oportunidad a Ricky Rubio. Su impacto en la liga ha superado cualquier expectativa, pero tanto Westbrook -escudero de Durant en el mejor equipo de la conferencia- como Nash -gran referente para los bases por talento y veteranía- se merecían su trozo de tarta. El español, además, tiene el consuelo del partido de 'rookies', un producto que se vende mucho mejor a los aficionados de todo el mundo con la presencia del 'chico maravilla'.