INMIGRACIÓN

Obama y la gobernadora de Arizona acuerdan colaborar, aunque mantienen sus diferencias

Se han acercado posturas respecto a la falta de acción para remediar a nivel federal el sistema fallido de inmigración

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El presidente de EEUU, Barack Obama, y la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, se han mostrado de acuerdo en que la situación del sistema migratorio en el país es "inaceptable", en una reunión en la Casa Blanca. La reunión, de más de media hora y a puerta cerrada, solicitada por la gobernadora, tenía como objeto exponer los respectivos puntos de vista sobre el sistema migratorio y, sobre todo, la ley estatal de Arizona que convierte en delito ser inmigrante ilegal.

Obama ha criticado en numerosas ocasiones como "mal encaminada" esa ley de inmigración, que ha apuntado que puede conducir a la discriminación racial. Por contra, la gobernadora, que firmó la ley que entrará en vigor el próximo 29 de julio, opina que es necesaria para hacer frente a los problemas de violencia y de seguridad fronteriza que padece su estado.

Sobre las conclusiones de la reunión, la Casa Blanca ha indicado en un comunicado que el mandatario y la gobernadora han acordado que "la falta de acción para remediar a nivel federal el sistema fallido (de inmigración) es inaceptable". Ambos han abordado la decisión anunciada la semana pasada por la Casa Blanca de desplegar 1.200 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México y su petición de 500 millones de dólares al Congreso para mejorar la protección de la frontera.

Esa iniciativa se ha interpretado como un intento de la Casa Blanca por complacer a los republicanos para recabar su apoyo a una reforma migratoria que los demócratas apoyan pero a la que se resiste la oposición. Brewer ha expresado su satisfacción por que la mayoría de esos recursos vayan a destinarse a su estado.

Obama reitera su apoyo

Por su parte, Obama, según la Casa Blanca, ha apuntado que medidas como esa "han aumentado la presión sobre las organizaciones de tráfico ilegal", si bien ha precisado que "las medidas de seguridad por sí mismas no solucionarán el fallo en las fronteras". Buena parte de la conversación, según han coincidido las dos partes, se ha dedicado a que el presidente estadounidense reiterara su apoyo a una reforma migratoria exhaustiva, algo de lo que, según Brewer, "Obama está muy convencido".

El presidente, según la Casa Blanca, ha instado a la gobernadora a apoyarle para lograr un respaldo bipartidista a esa reforma y "poner en marcha el tipo de soluciones inteligentes, sensatas y efectivas" necesarias para solucionar el problema. En varias ocasiones, el presidente ha recordado que para sacar adelante la medida necesita el apoyo de legisladores republicanos, pues los demócratas solos no tienen los votos necesarios para aprobar la medida en el Congreso.

Según la Casa Blanca, Obama también ha reiterado su preocupación acerca de la ley de Arizona, incluida la posibilidad de que dé pie a que una serie de estados se sientan también tentados de introducir sus propias medidas migratorias, de modo que haya sistemas diferentes según el territorio que se pise.

Hasta el momento, más de 20 estados se plantean poner en marcha en sus respectivos territorios leyes de inmigración similares a la de Arizona.