¿Quién cuida a quién?

La última noticia sobre los comedores escolares ha dado más fuerza a una pregunta que desde hace tiempo ronda en mi cabeza. ¿Quién cuida a quién? Si los profesores se ponen en huelga, si también lo hacen los médicos y si en un colegio no hay quien le ponga un plato caliente a un niño por delante, ¿quién se ocupa de quién? Si los jueces y los abogados también andan cabreados y aseguran que pocos podrán ya refugiarse en la ley y si la policía tampoco está para bromas... ¿Qué va a ser de nosotros?

Si las administraciones no tienen para pagar determinados servicios; está claro, el sistema no fluye. Pero cuando esa interrupción afecta a enfermos, niños, o a sectores desprotegidos, el problema es todavía más grave. Y es peor, no porque sea moralmente inaceptable, sino porque delata una falta de previsión y una ausencia de prioridades digno de un país tercermundista.

Creo que siempre hemos tenido determinadas cuestiones claras. Reglas básicas que aprendimos en EGB como por ejemplo que el abogado defiende, el médico cura, la policía vigila o el profesor enseña, pero parece que ha llegado el momento de cambiar esos esquemas. Ahora, todos ellos lo intentan pero no siempre lo consiguen. Y no por falta de profesionalidad, sino porque ese sistema por y para el que fueron creados ha cambiado. Ya no es igual. No hay dinero para todos o por lo menos, para los mismos de siempre.

Por eso es tan importante la previsión. Y más aún, la prioridad. Y en casos como lo de los comedores escolares que han dejado cincuenta colegios de la provincia sin servicio, un mayor control. Porque una cosa es que el sistema haya petado y otra muy distinta que un problema de tal magnitud se haya dejado pasar hasta que no ha quedado más remedio que intervenir.

Es entonces cuando la pregunta ¿quién cuida a quién?vuelve a repetirse una y otra vez. Esperemos que alguien le encuentre respuesta pronto.